La octogenaria Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” se unió a la Feria de las Calacas, con un bazar a cargo de sus entusiastas alumnos y alumnas.
“Es maravilloso estar en esta escuela junto a gente muy maravillosa, los profesores son muy buenos, toda una experiencia”, dijo el expositor, Absalon Moya.
Entre grabados, caritas pintadas y bisutería, los asistentes cambiaron su rutina para vivir la experiencia.
“Siempre nos han llamado la atención las calaveras y la cultura como tal y la otra ventaja es que vivimos a 15 minutos”, señaló Jorge, asistente al bazar.
A un costado del auditorio Blas Galindo el programa “Alas y Raíces” habilitó un área para primeras infancias, en la que literalmente le dieron vuelo a la hilacha.
“Hicimos alebrijes, hicimos animales y salimos”, expuso Valentina Chávez, asistente a la Feria de las Calacas.
Elunai, quien también asistió, afirmó “enloquecimos, cantamos una canción, después cantamos una canción y nos vestimos de alebrije”.
“Siempre hemos venido los años que se hace la feria, aunque sea sin hijos, pero siempre asistimos, hemos traído sobrinos, niños, ahora con hijos no nos la hemos perdido, es su segundo año, el año pasado lo metimos a diferentes actividades, esta Feria de las Calacas es muy padre y efectivamente nunca hay actividades para los más pequeñitos”, puntualizó la mamá de Oscar.
Escenarios, altares y conciertos como el de este jueves a las 16:00 horas con la pandilla de Once Niñas y Niños, la Feria de las Calacas en el Cenart.