Es un día, en apariencia, marcado por el humor; sin embargo, su origen es cruel y sangriento.
La celebración del Día de los Santos Inocentes, surgió en el cristianismo.
De acuerdo con la tradición católica, el rey Herodes mandó matar a todos los niños nacidos en Belén, menores de dos años, para deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, de quien decían era el “Rey de los Judíos“.
Entonces Herodes, con esa angustia, porque pues él quería ser el único rey al que se le brindara el tributo y como no sabía dónde había nacido ese niño, manda matar a los niños menores de dos años, para que así no surgiera ese rey’’, aseguró Adrián Martínez Aranda, sacerdote misionero de África.
Santos Inocentes
El nombre de “Santos Inocentes” se debe a que a una edad tan temprana, los niños, no podían haber cometido ningún pecado.
Y aunque se celebra el 28 de diciembre, de acuerdo con el Evangelio de Mateo, esta matanza ocurrió después de la visita de los Magos de Oriente o Reyes Magos y tendría que conmemorarse después del 6 de enero.
Nosotros tenemos, por ejemplo, que el 25 nació Jesús y ya después que la visita de los Reyes o de los Magos fue el 6 de enero, pero no hay un dato histórico dentro de los evangelios que nos digan ésta fue exactamente la fecha, entonces ya nada más la liturgia lo adaptan’’, consideró Adrián Martínez Aranda.
A lo largo de la historia, la celebración de estos Santos, también llamados los primeros mártires, fue cambiando.
Al principio era como conmemorar a los niños, hacer bromas como si las hiciera un niño y al principio sí eran bromas ligeras, inocentes, santas, por así decirle, ya después de transformó más en bromas más pesadas’’, señaló Adrián Martínez Aranda.
Inocente palomita
Y ahora las bromas o inocentadas, son lo que caracteriza este día.
Incluso algunos periódicos o programas de televisión publican noticias falsas y algunos lectores o televidentes llegan a caer, hasta que la frase “inocente palomita que te dejaste engañar” les hace notar que todo era una broma.
Así que este 28 de diciembre vale más estar muy alerta, no prestar dinero, ni creer en nada.