Aunque la ceremonia de reconocimiento fue a puerta cerrada en el Teatro Juárez de Guanajuato, al multifacético Sabido lo celebraron multitudes virtuales
La profesión de Miguel Sabido puede ser: poeta, dramaturgo, director teatral e investigador, pero él se reconoce sólo como un teórico práctico de la Comunicación.
A sus 83 años, tras impulsar la pastorela como género ritual, renovar telenovelas con enfoque educativo y revolucionar los contenidos televisivos, corona su trabajo con la presea que le otorga el Festival Internacional Cervantino; de significado muy íntimo.
El críptico, el enigmático diseño del premio que es tan serio, tan viril, tan rotundo, pues es de un amigo mío que yo quise mucho y que acaba de morir: Vicente Rojo”, señaló Miguel Sabido, teórico práctico de la Comunicación.
Aunque la ceremonia fue a puerta cerrada en el Teatro Juárez, de Guanajuato, lo celebraron multitudes virtuales.
Sacaron las cuentas de cuántas gentes habían puesto likes y comentarios en Instagram y todas las redes sociales, y resulta que 50 mil personas, 50 mil personas respondieron con comentarios, con felicitaciones, etcétera, etcétera. Imagínense qué enorme privilegio”, dijo Miguel Sabido, teórico práctico de la Comunicación.
La trayectoria de Sabido está ligada al Festival. Disfrutaba las primeras representaciones de los Entremeses Cervantinos desde el campanario de la iglesia o la cabina de su maestro, Enrique Ruelas.
Años después sería él quien llevaría un montaje a 70 metros de profundidad en la mina del nopal de la Universidad de Guanajuato, y rasgaría la divinidad del teatro evangelizador en las ruinas de un templo en la localidad de Marfil.
Me di cuenta que era urgente que redistribuyéramos los bienes culturales. Que los bienes culturales no pertenecieran solamente a una élite, un pequeñito grupo de elegidos por quién sabe qué Dios, “yo soy divino y entonces yo leo a San Juan de la Cruz”. No, no, no: la gracia es que toda la sociedad disfrute de la cultura”, explicó Miguel Sabido, teórico práctico de la Comunicación.