“Pueblo bicicletero. Historia y fotografía de la bicicleta en la Ciudad de México” es un recorrido de fotografías y objetos como bicicletas, placas y uniformes del acervo del Museo Archivo de la Fotografía (MAF) y de la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En el marco de las celebraciones por el Día Mundial se la Bicicleta (3 de junio) se inauguró hace unos días esta vasta exposición en la Casa de Cultura de Azcapotzalco, ubicada en Azcapotzalco 605, en el centro de dicha alcaldía.
🚲 Visita la expo «Pueblo Bicicletero» y emprende un viaje por la historia de la bicicleta, descubre como este medio de transporte fue indispensable para el desarrollo y la economía de la Ciudad de México. pic.twitter.com/BbtVVmfNhV
— Alcaldía Azcapotzalco (@AzcapotzalcoMx) June 12, 2021
La actual Casa de Cultura de Azcapotzalco alberga la exposición. Este inmueble fue Palacio Municipal de 1891 hasta 1986, cuando fue declarado Monumento Histórico por el INAH; en 1991, como parte de los festejos del centenario del edificio, fue inaugurado oficialmente como lo que es hoy, un centro artístico, cultural y familiar.
La exposición reúne 78 fotografías y objetos históricos como: bicicletas, placas, tarjetas de circulación y uniformes que pertenecen al acervo del MAF y de la Fototeca Nacional INAH. También hay objetos que pertenecen a coleccionistas como Rogelio García Mora Pinto, reconocido por ser un coleccionista de bicicletas antiguas, quien ha expuesto sus vehículos en distintos espacios y recintos. También hay documentos que pertenecen al Archivo Histórico de la Ciudad de México “Carlos de Sigüenza y Góngora” y del fondo reservado de la Biblioteca “Jaime Torres Bodet” del Museo de la Ciudad de México.
Además, la exposición busca resaltar la importancia de este vehículo en esta ciudad, ya que es un medio de transporte fundamental para la población, ya sea como herramienta de esparcimiento o como un medio de trabajo.
Este vehículo llegó a México durante el Porfiriato, pero existen datos históricos que afirman que las primeras bicicletas circulaban desde décadas anteriores y se les conocía como “sacudehuesos”. Hacia 1880, llegaron los velocípedos (que tenían una enorme rueda en la parte delantera y el asiento estaba sobre ésta). Sin embargo, las clases altas eran las únicas que podían acceder a este artefacto.
A finales del siglo XIX, llegaron las bicicletas con dos ruedas simétricas infladas por aire, con pedales, cadena y un volante giratorio, tal como afirma el historiador Marco A. Villa. Esto fue parteaguas porque permitió que la demanda creciera y sus costos fueran accesibles; de esta manera, dejó de ser una herramienta supeditada a un sector y se popularizó entre el resto de la población.
México tiene la tradición de pueblo bicicletero, porque ha sido uno de los principales medios de transporte de los habitantes de esta ciudad, ya sea “el panadero con el pan” o la bicicleta del tamalero, del elotero o del afilador, en cada uno de estos vehículos se expresa dos cosas: el infinito ingenio y las formas inusitadas de vínculos amorosos (porque las personas en la bici, suelen volverse una con ella), “forman parte del nuevo espectáculo de la calle”, tal como afirmó el antropólogo Marc Augé en su ensayo Elogio a la bicicleta (2008).
El contexto de la emergencia sanitaria por COVID-19 la bicicleta se convirtió en una necesidad y una alternativa eficiente de movilidad. en este sentido, se ha apostado a proyectos de ciclovías permanentes en Ciudad de México, se han ampliado los biciestacionamiento y se ha extendido el préstamo de bicicletas, entre otras iniciativas que buscan reivindicar y valorar a este medio de transporte. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, “el milagro del ciclismo devuelve a la ciudad su carácter de tierra de aventura o, al menos, de travesía,” como dijo Marc Augé.
Esta es la segunda ocasión en que se presenta esta exposición. La primera vez fue en el 2019, en el MAF, ubicado en Guatemala 34, en el Centro Histórico de Ciudad de México.
La muestra en Azcapotzalco 605 estará abierta hasta el 11 de julio y los horarios de visita son de 10 a 20 horas.