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¿Qué son los Sitios de Memoria? Conoce el caso de Circular de Morelia

Circular de Morelia fue declarado este 2024 como Sitio de Memoria con el objetivo de señalar que, en su interior se cometieron las peores violaciones a los derechos humanos.

Los Sitios de Memoria son de nuestro tiempo. A decir de historiadores, tienen que ver con la necesidad de contribuir a la memoria colectiva para valorar un pasado histórico, dar certidumbre a la angustia del futuro, y comprender nuestro presente.

Los Sitios de Memoria en América Latina son lugares físicos en donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos por parte del Estado.

Países como Argentina, Chile o Uruguay, por mencionar algunos, compartieron un pasado de dictaduras que utilizaron estadios o cuarteles militares como centros clandestinos de detención, en donde se torturaron y desaparecieron a miles de personas.

Hoy esos lugares son reconocidos como Sitios de Memoria.

FOTO: MARÍA FERNANDA RUÍZ

Sitios de Memoria en México

México también cuenta con Sitios de Memoria, porque en nuestro país, el Estado torturó, asesinó y desapareció a quienes se oponían a los gobiernos priístas: militantes, líderes de organizaciones campesinas, sindicalistas, estudiantes, maestros y cualquiera que resultará un enemigo ideológico.

Durante mucho tiempo se negó la existencia de estos lugares, más aún, de que en el país operaba una estrategia de contrainsurgencia para perseguir y exterminar a opositores del régimen.

“Un sitio de memoria se puede definir como un espacio donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos. Existió esta apuesta de recuperación y resignificación de este espacio, porque se abrió una coyuntura política a partir de la actual administración que fue pionera en el diseño de una política pública de memoria y verdad que no existía previamente”, comentó a Once Noticias Digital Jonathan López, integrante del Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico de la Comisión para el Acceso a la verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de las Violaciones Graves a los Derechos Humanos Cometidas de 1965-1990.

Por su parte, Manuel Zuñiga, integrante del equipo de gestión de Sitio de Memoria Circular de Morelia, detalla que el concepto de sitio de memoria también tiene que ver con procesos de justicia.

“No sólo se define como en el que se cometieron graves violaciones, sino también como un vehículo que nos acerque, nos aproxime a esos procesos de restablecimiento y de justicia”, señaló Zúñiga a Once Noticias Digital.

Fue apenas en este sexenio que se abrió esa ventana al período impune conocido como “Guerra Sucia” y se comenzaron a declarar los sitios de Memoria. Uno de ellos es el Sitio de Memoria Circular de Morelia, ubicado frente a la plaza Morelia, en el número 8 de la colonia Roma Norte.

El sitio abrió sus puertas el 10 de junio de 2019, pero en este 2024 se reconoció, de manera oficial en el el Diario Oficial de la Federación (DOF), como sitio de memoria.

Su memorial se ubica en el sótano del edificio, pero cada piso (en total son seis) resguarda testimonios de cómo operó la Dirección Federal de Seguridad (DFS), una mano civil del Estado encargada de la estrategia de contrainsurgencia en México.

Circular de Morelia era un centro transitorio de detención clandestina

En este edificio operó durante siete años, desde 1972 a 1979, la temida DFS, conocida por ser la mano derecha de la Secretaría de Gobernación (Segob): era la agencia del estado mexicano. La Dirección tuvo una vida de 42 años.

Jonathan López cuenta al medio que el edificio de Circular de Morelia fue comprado por la DFS y la convirtió en su centro de operación: estaban sus oficinas y su archivo compuesto por cientos de fichas de supuestos enemigos del estado. 

Sus primeras oficinas estuvieron en Plaza de la República número 6, posteriormente se mudaron a Roma Norte. En 1979 regresaron a Plaza de la República 20 hasta su desaparición en 1985.

El edificio fue adaptado para tener oficinas no sólo oficinas sino también para operar un centro transitorio de detención clandestina.

“Es apenas asomarnos por la mirilla de un complejo de la detención y de la desaparición. Este sitio nos permite saber la articulación que había con otros espacios de detención como Campo Militar número 1, Lecumberri o Cárcel de Mujeres. Las personas pasaban aquí alrededor de una o dos semanas”, cuenta Jonathan López al medio.

Las que eran traídas a este lugar eran interrogadas bajo tortura.

“Un mecanismo sistemático que fue aplicado con un procedimiento que es recurrente según los testimonios: descargas eléctricas, el ablandamiento de la voluntad con los golpes, intimidación con la captura de familiares. Tenía la finalidad de sacar información para desarticular las células de operación de grupos armados considerados subversivos”, contó el experto.

Las personas detenidas eran traídas a este edificio con los ojos vendados o con una capucha sobre la cabeza.

“Llegaban al sótano y eran trasladados a través del elevador a los espacios de confinamiento e inmediatamente después al espacio de interrogatorios. Llegaban al piso de registro antropométrico donde les tomaban las fotografías, las huellas dactilares, les hacían su ficha y después pasaban al interrogatorio con Miguel Nazar Haro”, relató López García al medio.

Y es que, la oficina de Miguel Nazar Haro, apodado “El Tigre”, uno de los líderes de la estrategia contrainsurgente que dejó más de dos mil personas desaparecidas, se ubicaba en este edificio, en el quinto piso.

Desde ahí, “El Tigre” dictaba órdenes para reprimir, torturar, desaparecer y asesinar a opositores del régimen priísta. Durante el tiempo que estuvo la DFS en Circular Morelia, Nazar Haro era subdirector.

Después, según los criterios de la DFS, se determinaba el “nivel de peligrosidad” de las personas detenidas y eran llevadas a otros centros de detención como Lecumberri o la Cárcel de Mujeres de Santa Martha Acatitla. Eso si corrían con suerte, sino eran asesinadas o desaparecidas.

Las personas detenidas y llevadas a estos centros eran, principalmente, militantes de organizaciones. 

“En su mayoría eran militantes de la Liga Comunista 23 de Septiembre y otros grupos de la Ciudad de México, y también personas trasladadas desde otros lugares. El caso de José Francisco Mercado, que ubicamos esa fotografía de archivo tomada en este quinto piso, en el departamento de antropometría. El caso de [Ignacio] Olivares Torres, que estuvo también aquí retenido y cuyo destino fue la ejecución extrajudicial”, expresó Manuel Zuñiga. 

Esto no es un museo, es un Sitio de Memoria

FOTO: FACHADA ACTUAL

Se determinó que este lugar fue un centro clandestino de detención gracias a los testimonios de sobrevivientes como Alberto Híjar, quien, desde la azotea, en el sexto piso, logró ver las altas torres de comunicación que emergen al norte.

La declaración de Sitio de Memoria rinde un homenaje a quienes sobrevivieron y a las víctimas del estado, hombres y mujeres provenientes de todo el país que estuvieron en estos pasillos.

Los expertos señalan que Circular de Morelia no se trata de un museo, tal como los conocemos cuyo objetivo es la contemplación y exposición, sino que tiene que ver con procesos de justicia restaurativa y por el derecho a la memoria. 

“Es muy relevante la preservación y la recuperación de estos sitios, en tanto que hace avanzar las políticas de verdad y memoria. Estos lugares no sólo son un espacio de exposición, sino que se están dando procesos de justicia y del ejercicio de la memoria”, contó Zuñiga.

En la actualidad, este edificio alberga la Dirección General de Estrategias para la Atención de Derechos Humanos de Segob y la Dirección de Enlace con la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, pero hace 42 años, sus paredes fueron testigos de las peores violaciones que cometió la DFS.

Hoy, este esfuerzo del sitio de memoria, nos recuerda que nunca más deben repetirse estas violaciones a los derechos humanos; y que el clamor de justicia y verdad continúan vivos.

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