Saúl Armendáriz saltó al ring hace más de 20 años en Ciudad Juárez, Chihuahua. Él cruzaba la frontera desde El Paso, Texas con el anhelo de ser un gran luchador, en ese momento le llamaban “Mister Romano”, pero su propia historia le llevó a quitarse la máscara y romper paradigmas.
“Encuentro este mundo de machos y llegó yo y digo, pues macho menos porque yo aquí vengo a romper lo que tenga que romper y me costo mucho, pero bueno fui campeón mundial en el 92, me enfrente por el campeonato con el hijo del Santo, luche en el museo de Louvre dos días seguidos, hay mucho que hecho y digo, madre mía qué bendición”, cuenta Saúl.
Su debut como “Cassandro, el Exótico” significó una liberación a una vida de negación y violencia.
“Un Niño que viene golpeado, fracturado, abusado física, verbal y sexualmente desde los seis años hasta los 17”, afirma.
Un personaje que no sólo ha cautivado a los asiduos al pancracio, sino que ha abierto el diálogo en torno a los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en entornos como su grupo de danza azteca con Los Huehueteros.
“Yo tengo que conectar con la gente y dejarles saber qué hay muchas soluciones, no nos tenemos que suicidar ya, no nos tenemos que marginar, no tenemos que soportar el bullying”, agrega Saúl.
La historia de Cassandro ha sido llevada al cine con un documental de Marie Losier, así como por Michael Ramos-Araizaga en un cortometraje y ahora en la ópera prima de Roger Ross Williams y la interpretación de Gael García Bernal, cinta que se estrenó en el Festival de Sundance y a partir de este fin de semana podrán ver en Prime Video.