Serie Mundial: Randy Arozarena, jardinero de los Rays de Tampa Bay
La Serie Mundial es el lugar ideal para alcanzar la etiqueta de leyenda, el sitio con el que sueña estar cualquier pelotero y, a veces, la oportunidad llega de manera inesperada, como en el caso del jardinero de los Rays de Tampa Bay, Randy Arozarena, quien ha tejido una historia digna de cualquier libro de superación personal.
Apenas en su segunda campaña en grandes ligas, el “cohete cubano” ha alcanzado alturas que envidiaría cualquiera, sin embargo, echando un vistazo atrás, nada ha sido sencillo para este joven de 25 años que salió de su natal Cuba, en una balsa rumbo a México con el deseo de buscar una mejor calidad de vida, y si era mediante el béisbol, mucho mejor.
Randy se estableció en Mérida, Yucatán donde rápidamente se reencontró con la pelota, su talento llamó la atención de un scout de Los Toros de Tijuana que, sin pensarlo, lo invitó a la academia del equipo fronterizo, ahí pulió su juego, encontró estabilidad y después emigró a Navojoa para enrolarse con los mayos en la liga mexicana del pacifico, lugar donde además de jugar se enamoró de las famosas botas, que hoy lo acompañan en su estadía en Tampa.
- Cuatro años más tarde de su salida de Cuba y embarcar en Islas Mujeres, Randy Arozarena cumplió el sueño de debutar en grandes ligas. Los Cardenales de San Luis fue su primera aventura, donde pasó sin pena ni gloria y de ahí se le cambió a Tampa Bay.
Después de una discreta participación en temporada regular donde apareció en apenas 23 encuentros, llegó la postemporada para empezar a escribir su leyenda.
- Arozarena se volvió un indiscutible en el line up de Tampa y su aportación lo hizo alcanzar la nominación de jugador más valioso en la serie de campeonato que le ganaron a los astros.
Ante Dodgers, ya en la Serie Mundial se apuntó un par de récords el de más cuadrangulares en una postemporada con nueve palos de vuelta entera y el de más hits, dejando atrás nombres como los de Derek Jeter o Pablo Sandoval.
Además de ser protagonista de uno de los juegos más dramáticos de los últimos años
Los Rays están abajo en la serie, pero Arozarena ya se encargó de escribir su nombre en la historia de las grandes ligas. El futuro parece brillante, hay muchos sueños por cumplir y uno de ellos sería jugar por México en el Clásico Mundial y así pagarle al país que le abrió las puertas a una nueva vida y que, además, ya lo premió con una hija mexicana.