El presidente Andrés Manuel López Obrador, envió al Congreso de la Unión este lunes una iniciativa preferente para reformar la Ley de la Industria Eléctrica, con la cual se recuperaría y fortalecería la rectoría del Estado en esta materia.
Así, se busca modificar el orden en que se recibe la energía en la red, para dar preferencia a la generada por la Comisión Federal de Electricidad, sobre la que emiten los empresarios.
La prioridad de despacho sería: energía producida por las hidroeléctricas; energía generada en otras plantas de la CFE; energía eólica o solar de particulares; y al final, los ciclos combinados de entidades privadas.
La Comisión Reguladora de Energía renegociaría o revocaría, según fuera el caso, los permisos de autoabastecimiento, así como los contratos de compromisos de capacidad de generación y compra venta de energía eléctrica otorgados con anterioridad.
De esta manera, se eliminaría el gasto presupuestal con impacto negativo a los contribuyentes y a la nación y, con ello, se garantizaría la estabilidad en las tarifas de electricidad.
En la exposición de motivos, el Ejecutivo manifiesta que con la llamada Reforma Energética, aprobada el sexenio anterior, el gobierno de Enrique Peña Nieto impuso un proceso de privatización para debilitar y transferir empresas públicas a particulares.
La iniciativa apunta que, con el paso de los años la realidad demostró que todo se tradujo en negocios lucrativos para empresas particulares y políticos corruptos, transitando al apoderamiento privado del mercado eléctrico, dejando casi en ruinas a la CFE.
La iniciativa presidencial fue enviada a la Cámara de Diputados para su análisis y discusión. Los legisladores tienen un plazo máximo de 30 días para dictaminar y votar el proyecto; se requiere de una mayoría simple para su aprobación por ser una modificación a una norma, que no una reforma constitucional.