Economía

Crear y vender ropa para los Niños Dios de la Candelaria

La calle de Alhóndiga es conocida por las vendimias de vestidos para el Niño Dios que se festeja el 2 de febrero. En su momento era muy común ver las calles inundadas de personas que se movían como una marea con distintas corrientes. Los locales abiertos y anunciando como pavorreales sus diseños.

 

La calle está adornada con estatuas de los Santos Niños, pero este año los locales no están abiertos, todos están cerrados, pero las miles de personas que transitan llevan sus vestidos recién comprados.

 

Un hombre carga con cartulina y un Niño Dios de la Abundancia, se acerca a los clientes para ofrecerles ropita y promociones en la tienda donde trabaja con la puerta medio abierta. 

 

Pásele, pásele tenemos el Santo Niño de Atocha, al de la Abundancia, tenemos también al Niño Doctor ¿cuál va a llevar señito?”

 

Los gritos de los merolicos ofrecen variedades de precios y estilos, sin embargo, de un momento a otro los gritos se convierten en chiflidos y todas las puertas medio abiertas se cierran por completo, los que tenían cartulinas y estatuillas en las manos, se meten de prisa a los locales que a simple vista parecen cerrados.

 

Una camioneta blanca con uniformados pasa despacito por la calle, busca al descuidado que no alcanzo a entrar a su local. Lo encuentran y le quitan su mercancía. Los suben a la camioneta, con los cientos de pequeños Niños Dios que se van detenidos y confiscados un día antes de llegar a su altar. 

 

Cuando la camioneta pasó, todos abren un poquito su puerta, los comerciantes comienzan a salir despacio de sus locales y a susurros ofrecen sus productos. Poco a poco se van incorporando, hasta tomar de nuevo la calle para ofrecer los vestidos o figurillas. 

 

Una puerta se abre y Once Noticias entró al local. Pasillos abarrotados de estatuillas de los Niños Santos con miles de vestidos coloridos y de todos los estilos; virreinales con pomposas faldas; o los clásicos trajes blancos con sus diferentes significados o los ahora clásicos Doctores. La explosión de colores lleva hasta un local donde el estilo es único, pues los Santos Niño están vestidos con ropa del medio oriente.

 

Monserrat trabaja en este local, según sus cuentas, inician a diseñar la ropa desde marzo. Justo al terminar la temporada alta de las ventas, los diseños en papel y lápiz van tomando forma hasta octubre que llegan las telas importadas. Es ahí cuando comienzan a confeccionar vestido por vestido, hasta completar toda la colección de ropa que venderán para inicios de febrero. 

 

Fuimos los primeros en crear esta tendencia. Que la ropa sea como en el Medio Oriente porque Jesucristo era de allá. Nosotros tenemos como cinco años haciendo esta ropita y se vendido muy bien porque son pocos los que tienen estos diseños” explicó la diseñadora. 

 

El que más se ha vendido este año, es el Niño de la Salud. Vestido de diferentes maneras como doctores, paramédicos y enfermeros; con cubrebocas y micas faciales para que Covid-19 no llegue a los altares y a los tamales en este día de La Candelaria. SIn embargo, a los comerciantes de estas fechas si afectó las ventas este año.

 

La gente no sale por el miedo, porque creen que vamos a estar cerrados. A mí me han hablado para preguntarme si se los puedo llevar a su casa y ahora estamos adaptándonos a eso. Tal vez la gente ya no va venir a comprar a nuestro negocio y nosotros tendremos que ir a ellos”. señaló Monserrat. 

 

Al salir del local, el sol golpeaba a la marabunta de gente seguía corriendo entre los locales aparentemente cerrados. De nuevo el chiflido recorre la calle como un eco que alimentan los merolicos, es el aviso de que la camioneta blanca está de vuelta y al acecho de los Santos Niños y sus comerciantes.

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