La cantante cubana Ángela Álvarez, de 95 años, se convirtió en la persona de más edad en ganar un premio de los Latin Grammy, cuya 23.ª edición la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos celebró en el estadio The Michelob Ultra, en el Mandalay Bay Resort and Casino de Las Vegas.
Junto a la mexicana Silvana Estrada, quien como Álvarez fue anunciada ganadora de la categoría Mejor Artista Nuevo, la cubana subió al estrado y conmovió a miles de personas con su discurso.
Quiero dedicar este premio a Dios y a mi patria querida, Cuba, que nunca la podré olvidar. También a aquellos que no han realizado su sueño; aunque la vida es difícil, siempre hay una salida y con fe y amor lo pueden lograr”, dijo Álvarez, que enfatizó: “Les prometo que nunca es tarde”.
La cantante fue nominada a los Grammy gracias a su álbum ‘Ángela Álvarez’, publicado en 2021, que contiene 15 canciones que compuso en su adolescencia pero nunca salieron a la luz, hasta que su nieto, que se encontraba a su lado durante el discurso, la alentó a dar a conocer su música.
El éxito del disco inspiró el documental Mis Angela que narra la vida de Álvarez, su gusto por la música y su ambición de convertirse en cantante profesional después de los 90 años.
Desde que era niña, el sueño de Álvarez era convertirse en cantante, ya que su madre y sus tías le enseñaron a tocar diferentes instrumentos, lo que le permitió aprender a componer.
En su adultez, Álvarez formó una familia y tuvo tres hijos. Tras emigrar a Estados Unidos. se ganó la vida trabajando como niñera, lo que la obligó a posponer sus proyectos de convertirse en cantante.
NADA QUE PERDER
Ángela vivió en Cuba donde se casó y formó una familia hasta que se vio obligada a emigrar rumbo a Estados Unidos por la revolución cubana.
En Estados Unidos se dedicó a cuidar niños pero en sus tiempos libres gustaba de escribir canciones hasta coleccionar 50 de ellas en un diario.
Su nieto Carlos las escuchó y le propuso armar un álbum, a lo que en principio Ángela se mostró con dudas, pero luego accedió asegurando que “no tenía nada que perder“.
Con ese fin se movió a Los Ángeles, donde grabó en un estudio con su nieto como productor musical. Ella se dedicó por completo al disco durante un año y el resultado fue que se volvió viral y tocó muchos corazones con sus canciones que llegaron hasta