Detrás de cámaras de uno de los clásicos de la temporada navideña. En el año 2000, Jim Carrey protagonizó “El Grinch”, bajo la dirección de Ron Howard.
Su disfraz tomó 4 meses de trabajo, hecho con pelo de yak, colocados a mano uno por uno. Durante 100 días estuvo horas y horas en maquillaje, preparando su cara para cubrirla con pintura verde y pegamento para las prótesis. Finalmente, el actor se le colocaba el cabello que daba el toque final.
Era tanto trabajo que el actor se sentía claustrofóbico y pensó seriamente en renunciar.
Para ayudarlo, los productores contrataron a un especialista de la CIA, para que aprendiera técnicas para soportar torturas.
Todo valió la pena, pues “El Grinch” de Jim Carrey obtuvo 345 millones de dólares en taquilla y ganó el Oscar, por supuesto, a Mejor Maquillaje.