Una Semana Santa en Alemania casi confinados: la mayoría de los comercios estarán cerrados y los oficios religiosos se anularán o se celebrarán en línea para frenar “la nueva pandemia” de COVID-19 provocada por la variante británica.
Durante cinco días, del 1 al 5 de abril, el país vivirá un “tiempo de calma”, con restricciones reforzadas decididas por Angela Merkel y los 16 estados federados al cabo de 12 horas de negociaciones.
La situación es grave. El número de casos aumenta exponencialmente y las camas de cuidados intensivos se vuelven a llenar”, advirtió la canciller, muy seria, en una rueda de prensa celebrada en mitad de la noche en la cancillería.
La tasa de incidencia está en constante aumento desde hace unas semanas, con más de 7 mil 700 casos nuevos y 50 muertes registradas.
Alemania sufre una “nueva pandemia (…) claramente más letal, claramente más infecciosa y contagiosa durante más tiempo”, advirtió.
Se activará el dispositivo de “freno de emergencia” negociado a principios de marzo y que prevé volver a las restricciones suprimidas a principios de mes cuando la tasa de incidencia supere 100 en siete días, advirtió también Merkel, que quiere evitar la saturación en los servicios de reanimación.
Por el momento no se plantea flexibilizar las medidas. Las restricciones en vigor desde finales de 2020, como la limitación de participantes en reuniones privadas, el cierre de algunos comercios no esenciales y de lugares culturales y ocio, se prolongarán hasta el 18 de abril.