Tras recibir preocupantes amenazas, las autoridades de Irlanda del Norte suspendieron los controles aduaneros introducidos tras el Brexit en los puertos de Belfast y Larne, en un ambiente de creciente tensión en algunos círculos unionistas de esa provincia británica.
Responsables de la pequeña localidad norirlandesa de Mid and East Antrim Borough anunciaron el lunes por la noche que retiraban inmediatamente a su personal de inspección del puerto de Larne.
La decisión se tomó a raíz del aumento de comportamientos amenazantes en las últimas semanas, especialmente pintadas que hacen patente las crecientes tensiones en torno al protocolo norirlandés y que describen al personal del puerto como objetivos”, señaló el ayuntamiento en un comunicado.
Desde la entrada en vigor el 1 de enero, del nuevo régimen posbrexit, las mercancías que cruzan el mar de Irlanda entre Gran Bretaña y la provincia británica tienen que someterse a controles aduaneros.
Esto se debe a que, pese al Brexit, Irlanda del Norte sigue formando parte del mercado único europeo para evitar reinstaurar una frontera con la vecina República de Irlanda, país miembro de la Unión Europea (UE), que pudiese amenazar la frágil paz entre unionistas protestantes y republicanos católicos alcanzada en 1998 al término de tres décadas de sangriento conflicto.
Recientemente, el subjefe de la policía norirlandesa advirtió que el régimen diferente aplicado en esta provincia estaba provocando un creciente descontento en las filas unionistas, que defienden el mantenimiento de Irlanda del Norte bajo dominio británico.
Es difícil para los políticos controlar el nivel de ira que existe en la comunidad”, afirmó este martes el ministro norirlandés de Agricultura, Edwin Poots.
La primera ministra norirlandesa, Arlene Foster, una unionista personalmente contraria a estos controles aduaneros, calificó las amenazas de completamente reprobables, al tiempo que alertaba de las tensiones comunitarias en Irlanda del Norte.
Por su parte, el ministro irlandés de Relaciones Exteriores, Simon Coveney, condenó cualquier intimidación o amenaza.
Doce empleados locales trabajan en el puerto de Larne junto con agentes del Ministerio norirlandés de Agricultura y miembros de la policía fronteriza británica.
La retirada del personal con efecto inmediato terminará cuando tengamos garantías reales y plena confianza de que pueden cumplir su misión sin miedo”, comentó el concejal Peter Johnston.
Después de los sucesos, el Ministerio norirlandés de Agricultura dijo que se suspendió temporalmente las inspecciones físicas de productos de origen animal en Larne y Belfast.