Trece civiles murieron durante ataques nocturnos rusos en Dnipropetrovsk, Ucrania, informaron este miércoles las autoridades de esta región no lejana de la central nuclear de Zaporiyia, que Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de haber bombardeado.
El ataque nocturno también dejó 11 heridos, cinco de ellos en estado grave, en esta región relativamente segura, hacia donde son evacuados civiles del Donbás, más al este y epicentro de la ofensiva rusa.
“Hemos pasado una noche horrible. Es muy difícil sacar los cuerpos de debajo de los escombros. Ruego que se vayan a lugares seguros durante el ataque aéreo. No dejen que los rusos los maten”, subrayó el gobernador Valentin Reznichenko.
La ciudad de Marganets, a orillas del Río Dnipro, frente a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia y la aldea de Vyshshetarassivka fueron objetivos del ataque con lanzacohetes múltiples Grad, indicó el gobernador.
“80 cohetes fueron lanzados deliberada e insidiosamente contra zonas residenciales mientras la gente dormía en casa”, denunció.
La central ucraniana de Zaporiyia, ocupada por los rusos, es objeto de acusaciones mutuas entre Moscú y Kiev de bombardeos la semana pasada, sin que ninguna fuente independiente pueda confirmarlo.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, agitó el fantasma de la catástrofe de Chernóbil, el peor accidente nuclear de la historia que tuvo lugar en 1986, precisamente en una central nuclear soviética en territorio de Ucrania.
El martes por la noche, el operador ucraniano Energoatom afirmó que las fuerzas rusas preparan la conexión de la central con Crimea –península anexada por Moscú en 2014 y territorio disputado entre Rusia y Ucrania- y dañan sus líneas eléctricas al efectuar este procedimiento.
Venta de granos anulada
Crimea fue escenario el martes de explosiones que dejaron un muerto y varios heridos en un depósito de municiones de un aeródromo militar. Según el ejército ruso, no se debió a ningún tiroteo o bombardeo.
“Crimea es ucraniana y nunca renunciaremos a ella”, insistió el martes por la noche el presidente Zelenski en su habitual mensaje diario.
Por otra parte, el contrato de venta del primer cargamento de granos exportados por Ucrania desde el inicio de la invasión rusa fue anulado antes de llegar a su destino en Líbano a raíz del retraso en la entrega, indicó la Embajada ucraniana en Beirut.
El “Razoni“, carguero con pabellón de Sierra Leona, zarpó el 1 de agosto del puerto ucraniano de Odesa en el Mar Negro con 26 mil toneladas de maíz y tenía que atracar el domingo en el puerto de Trípoli, en Líbano.
“Pero el retraso de entrega de cinco meses incitó al comprador y al expedidor a ponerse de acuerdo en la anulación del pedido“, explicó el martes por la noche la Embajada ucraniana.
Rusia y Ucrania firmaron el 22 de julio dos acuerdos por separado, validado por Turquía y Organización de las Naciones Unidas (ONU), para permitir las exportaciones de granos ucranianos bloqueados por la guerra que comenzó el 24 de febrero y de productos agrícolas rusos a pesar de las sanciones occidentales contra Moscú.
En total, ocho barcos zarparon desde la firma del acuerdo, según las autoridades ucranianas, que esperan que entre tres y cinco buques más puedan partir diariamente en estas dos semanas. El lunes, un primer barco llegó a su destino final en Turquía.
Rusia lanza satélite desde Kazajistán
Por último, Rusia lanzó el martes desde Kazajistán un satélite iraní de observación que, según la prensa estadounidense, podría ser utilizado por Moscú en su ofensiva en Ucrania, lo que Teherán niega.
Para Estados Unidos, el programa espacial iraní tiene fines militares más que comerciales. Según el diario estadounidense The Washington Post, Rusia “piensa usar el satélite por varios meses o más” para apoyar sus operaciones militares antes de permitir que Irán tome control.
“Ningún tercer país podrá acceder a la información enviada por el satélite debido a su algoritmo encriptado”, aseguró la Agencia Espacial Iraní en un comunicado en el que denunció ‘falsas’ acusaciones de la prensa estadounidense.