En el mundo, el canciller de Alemania, Olaf Scholz pidió al presidente de China, Xi Jinping, ejercer su influencia sobre Rusia para que finalice la invasión a Ucrania y declaró su intención de desarrollar más las relaciones económicas, en el marco de una controvertida visita por el recelo creciente entre la potencia asiática y las occidentales.
“No estamos de acuerdo en desvincular” las relaciones económicas con China, dijo Scholz, que también fue recibido por el primer ministro Li Keqiang. “Pero está claro que para nosotros ello está vinculado a relaciones económicas equitativas, con una reciprocidad en lo referente a una apertura a las inversiones”, añadió.
Cabe mencionar que Scholz es el primer dirigente del grupo G7 de las economías más avanzadas y de la Unión Europea (UE) que viaja a China desde el inicio de la pandemia. Su viaje, poco después de la reelección de Xi al frente del Partido Comunista que le abre la puerta a un tercer mandato como presidente del país, se ve con ojo crítico en Estados Unidos, Francia, en la UE y dentro de la propia Alemania.
“Se trata de principios como la soberanía y la integridad territorial, que también son importantes para China. Rusia debe detener de inmediato los ataques que sufre a diario la población civil y retirarse de Ucrania”, dijo el canciller de Alemania, Olaf Scholz.
En Beijing, Scholz pidió al presidente ruso, Vladimir Putin, continuar el acuerdo que permite exportaciones de cereales ucranianos, y que expira el 19 de noviembre de 2022. Asimismo, Sholz y su anfitrión Xi Jing Ping estuvieron de acuerdo en que la escalada de este conflicto acarreará severas repercusiones en todo el mundo.
“Respeto mutuo”
“Estamos en un momento de grandes tensiones causadas especialmente por la guerra de Rusia en Ucrania”, indicó Scholz. Los países occidentales, que apoyan a Ucrania, ven la neutralidad de Pekín como un respaldo tácito a Moscú.
Scholz le pidió a Xi que ejerza su influencia sobre Rusia para que esta ponga fin a la guerra en Ucrania. Alemania y China acordaron rechazar cualquier uso del arma nuclear en este conflicto, una amenaza mencionada varias veces por Moscú.
“La guerra en Ucrania crea una situación peligrosa para el mundo entero (…) y en China todos saben que una escalada tendría consecuencias para todo el mundo”, declaró a la prensa Scholz.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, destacó al finalizar este viernes una reunión del G7 en Alemania “una convergencia creciente entra Estados Unidos y Europa en su enfoque sobre China”.
Ante ello, Xi consideró que China y Alemania deben respetarse mutuamente y “resistir conjuntamente a las interferencias en su relación. “Esperamos que Alemania continúe una política positiva con respecto a China”, añadió.
Resentimiento y presión
Con su visita, el canciller socialdemócrata sigue los pasos de su antecesora democristiana, Angela Merkel, que viajó doce veces a China en 16 años de gobierno. Junto a Scholz viajaban industriales alemanes como los dirigentes de Volkswagen y BASF.
Pero la dependencia de la primera economía europea a esta autocracia, donde las empresas alemanas generan una parte importante de sus beneficios, está cada vez más cuestionada.
La ministra alemana de Relaciones Exteriores, la ecologista Annalena Baerbock, llamó a “no depender más de un país que no comparte nuestros valores”, por riesgo de ser “políticamente vulnerables al chantaje”.
Días antes del viaje, el canciller alemán autorizó una participación china en la terminal portuaria de Hamburgo (norte). “Este desplazamiento confiere una legitimidad internacional a Xi y muestra que China no está aislada”, explicó Noah Barkin, investigador del Fondo Marshall alemán en Berlín.