A dos meses de inicio del conflicto; civiles, incluidos niños y niñas inocentes son, como siempre, los más afectados.
Vidas destruidas. Recuerdos y sueños robados. Miles de niños huérfanos o asesinados.
Más de 17 mil 100 gazatíes fallecidos, entre ellos 6 mil menores y casi dos millones de personas han sido obligados a abandonar sus hogares y transitar en la incertidumbre de esta guerra, a sólo dos meses de iniciados los ataques de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza.
También han perdido la vida más de 60 periodistas, empleados de medios y 130 funcionarios de la ONU.
Los ataques terminaron con generaciones enteras de familias y han obligado el desplazamiento de casi dos millones de personas.
“Llegué directamente a Rafáh, después de que el ejército de ocupación me advirtiera, mediante folletos distribuidos y llamadas telefónicas, que evacuara hacia Rafáh. Al principio nos negamos a irnos, pero huimos cuando la intensidad de los bombardeos aumentó”, comenta un desplazado.
Catástrofe humanitaria
La desesperación crece por la escasez de agua y alimentos.
La ONU advirtió de una hambruna en la que los niños son los más vulnerables.
“Durante dos meses no ha habido comida, ni agua, ni nada de lo necesario para vivir y los niños no tienen leche”, dice Abdelkader al-Haddad, desplazado en Rafáh.
Unicef estima que más de mil menores han sufrido amputaciones de brazos, piernas desde que comenzó el conflicto.
“Todos los escombros cayeron sobre nuestras cabezas, eso es lo que nos pasó, no puedo soportarlo más”, expresa Dima.
Sistema sanitario en Gaza está colapsado
El sistema sanitario en Gaza está colapsado, decenas de heridos llegan cada día a los hospitales con heridas inimaginables.
La organización Médicos Sin Fronteras alertó que han operado, incluso en el suelo, sin los medicamentos adecuados, ni anestesia.
Más de la mitad de las viviendas están destruidas.
Tercera fase
Primero la ciudad de Gaza quedó en ruinas, ahora en la tercera fase de la ofensiva israelí, la ciudad de Jan Yunis, vive horas de intensos ataques.
El ejército israelí asegura haber arrestado a cientos de personas, sospechosas de pertenecer a Hamás.
Bajo toneladas de escombros, aún permanecen decenas de cuerpos. Hay 339 escuelas dañadas. La educación de un millón de niños quedó aplazada; hoy lo que importa es salvar sus vidas.
Desde el inicio del conflicto, Israel afirmó que su único objetivo es desmantelar totalmente a la organización Hamás, responsable de la incursión armada en la frontera israelí el 7 de octubre, que dejó mil 400 muertos y más de 200 secuestrados.
Aseguró que los civiles no eran un objetivo, aunque son los más afectados.
“Lo que estamos viviendo es un genocidio. No se trata de Hamás, Fatah o cualquier otra cosa, si eres palestino morirás”, denuncia Baha Abed, desplazado.
Tregua y liberación de rehenes
Un alto el fuego que inició el 24 de noviembre y terminó el 1 de diciembre permitió la liberación de 110 rehenes, entre ellos la mexicana Ilana Gritzewsky, y 240 presos palestinos; así como la entrada de cientos de camiones con ayuda humanitaria y combustible.
La ONU indica que no ha sido suficiente y la crisis humanitaria sigue agravándose, conformando un panorama apocalíptico.
Esto llevó al Secretario General de la ONU, António Guterres, a invocar el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas que pide al Consejo de Seguridad exigir a las partes un alto el fuego humanitario inmediato.
Al conflicto se suma la advertencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, contra el grupo Hezbolá, que opera desde Líbano de convertir parte de ese país en una nueva Gaza, si inicia una “guerra total”.
