La activista iraní Narges Mohammadi, galardonada este viernes con el Nobel de la Paz, es la quinta persona en recibir este premio estando privada de su libertad.
Mohammadi, de 51 años, ha dedicado su vida a defender los derechos humanos en su país, oponiéndose al velo obligatorio o a la pena de muerte y siendo repetidamente detenida y encarcelada por ello desde hace 22 años, cuando fue arrestada por primera vez.
La periodista y activista, que fue detenida en 2021, no ha visto a su marido ni a sus dos hijos, exiliados en Francia, desde hace ocho años.
Estas son las otras cuatro personas que recibieron este Premio en la misma situación:
1935: Carl von Ossietzky (Alemania)
Este periodista y pacifista alemán recibió el Premio Nobel de la Paz en 1935, estando en un campo de concentración nazi. El activista antinazi, que fue detenido tres años antes durante la campaña de represión en respuesta al incendio del Reichstag, fue entonces el primer opositor laureado.
Adolf Hitler, furioso ante la decisión del comité Nobel, prohibió a todo ciudadano alemán aceptar este galardón, sin importar la disciplina.
El dinero del premio fue entregado a un abogado corrupto que engañó a la familia del periodista.
Carl von Ossietzky murió encarcelado en 1938.
1991: Aung San Suu Kyi (Birmania)
En 1991, el comité Nobel entregó el galardón de la Paz a Aung San Suu Kyi “por su combate no violento por la democracia y los derechos humanos”.
Suu Kyi, que estaba entonces bajo arresto domiciliario, recibió la autorización de la junta militar para ir a Oslo a recibir el premio, pero prefirió quedarse en Birmania por miedo a no poder regresar.
La “dama de Rangún” fue liberada en 2010 y pasó a dirigir el país, antes de ser detenida durante el golpe de Estado militar de febrero de 2021. Acusada de multitud de delitos, es probable que pase el resto de su vida detenida.
Estos últimos años, la pasividad de la nobel de la paz ante las atrocidades –calificadas de “genocidio” por los investigadores de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)— cometidas contra la minoría musulmana rohinyá en Birmania provocó una movilización masiva para revocar su galardón.
2010: Liu Xiaobo (China)
El disidente chino fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2010, por sus esfuerzos en favor de los derechos humanos y de la democracia en China.
Este escritor y profesor fue detenido a finales de 2009 y condenado por “subversión” a 11 años de cárcel. El Gobierno chino le acusaba de ser coautor de un manifiesto que promovía las elecciones libres en China.
Durante la entrega del Premio no pudo ser representado ni por su esposa, la poeta Liu Xia, en arresto domiciliario desde la atribución del Nobel, ni por sus tres hermanos, a los que les prohibieron salir del territorio chino.
Su silla, sobre la que dejaron el Premio, quedó simbólicamente vacía durante la ceremonia.
Liu Xiaobo falleció por cáncer de hígado el 13 de julio de 2017, convirtiéndose en el segundo recompensado con este premio que murió privado de su libertad.
2022: Ales Bialiatski (Bielorrusia)
El activista bielorruso fue cogalardonado en 2022, junto a la oenegé rusa Memorial –oficialmente disuelta en Rusia– y el Centro ucraniano para las Libertades Civiles (CCL), con el Nobel de la Paz por haber “promovido el derecho a criticar al poder a costa de su libertad”.
Bialiatski llevaba entonces en prisión desde 2021, acusado de “evasión fiscal“, una causa vista como una venganza del presidente Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994 y que ha silenciado cualquier crítica desde el gran movimiento de protesta poselectoral del verano boreal de 2020 que sacudió su régimen.
Su esposa Natalia Pinchuk lo representó en la gala de los Nobel.
Bialiatski fue condenado en marzo a 10 años de cárcel. Otros miembros de su organización de defensa de los derechos humanos Viasna (“Primavera”) también cumplen penas de prisión.