
Viajar a Estados Unidos por negocios, investigación, prácticas médicas, de visita o simplemente hacer turismo, ya no es lo mismo que antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El rigor de las políticas migratorias afecta a personas que antes eran bienvenidas. Ahora imperan maltratos, temor y enojo.
Van en ascenso las detenciones sin motivo, ni explicación, encarcelamientos y deportaciones de extranjeros, o que son cateados a su llegada a territorio estadounidense.
Al turista alemán, Lucas Sielaff, le negaron el acceso, pese a contar con sus documentos en regla. Pasó 16 días bajo custodia.
“Me pusieron cadenas por todo el cuerpo: alrededor del estómago, en las manos y en los pies. Luego me metieron en una camioneta y me llevaron a un centro de detención en San Diego”, explicó Lucas Sielaff, turista alemán.
Asimismo, Sielaff destacó que desconocía cuándo iba a salir porque no recibía respuesta de nadie: “Es difícil explicar el sentimiento. Es puro caos, y es sencillamente peligroso. Se ha vuelto peligroso y ya nadie está seguro cuando viene a Estados Unidos como turista”.
US-Behörden haben kürzlich kanadische und europäische Reisende festgenommen. Der deutsche Tourist Lucas Sielaff verbrachte 16 Tage in Haft. Mindestens drei weitere Reisende berichten von ähnlichen Erfahrungen.
— Euronews Deutsch (@euronewsde) March 20, 2025
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En el caso de Renato Subotic, entrenador australiano de artes marciales mixtas, quien viajó a principios de abril desde Melbourne, para participar con su equipo en un torneo de esa disciplina. Contó su experiencia en Instagram: “desde una prisión Federal, me subieron a un avión. Desde ese avión, me enviaron directamente de vuelta a Australia”.
También hay casos en los que se niega u obstaculiza el ingreso a Estados Unidos cuando los agentes de inmigración, que realizan ya revisiones a los dispositivos electrónicos de los visitantes, se topan con opiniones adversas al país, a sus instituciones o a sus gobernantes.
Eso le ocurrió a un científico francés, en cuyo teléfono móvil los agentes encontraron mensajes en los que expresaba su opinión personal sobre las políticas científicas de Donald Trump. Eso fue suficiente para negarle el acceso.
Un caso más es el de la doctora Rasha Alawieh, especialista en trasplante de riñones, que reside en Estados Unidos, y no pudo volver a entrar, al intentar regresar de una visita a su familia en Líbano.
Alawieh tenía su visado en regla, pero las autoridades federales de Estados Unidos alegaron que la profesora universitaria tenía en su teléfono móvil fotos y vídeos de importantes integrantes de Hezbolá y que asistió al funeral del líder de ese grupo en febrero.