La Corte Suprema de Estados Unidos iniciará este 26 de marzo la discusión sobre el acceso a Mifepristona, una píldora que permite la interrupción del embarazo, en todo el país, incluso en los que estados donde el aborto es legal.
Este suceso representa la segunda batalla más importante relacionada con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres desde la anulación de Roe contra Wade en 2022.
La Mifepristona fue aprobada hace más de dos décadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). La Mifepristona es la primera de las dos pastillas que se toman en las 10 primeras semanas de embarazo para un aborto farmacológico estándar, junto con el Misoprostol.
La discusión de este medicamento surge a partir de “un caso sensible sobre la píldora abortiva”, por lo que expertas en el tema temen que este hecho restringe el acceso a este método abortivo seguro y deje a las mujeres vulnerabilidad de no poder decidir sobre su cuerpo.
¿Qué sucedió con la Mifepristona?
La FDA flexibilizó algunas normas sobre su distribución en 2016: autorizó su prescripción hasta la décima semana del embarazo (antes era hasta la séptima), permitió que enfermeras y otros profesionales de la salud lo recetaran, y redujo de tres a sólo una la cantidad de consultas previas para acceder al medicamento.
Luego, durante la pandemia de COVID-19, el organismo autorizó las consultas en línea y el envío de las pastillas por correo.
Pero tras una demanda presentada por un grupo de médicos y organizaciones antiaborto, que alegaron que la píldora es insegura y su proceso de aprobación presenta fallas, un tribunal de apelaciones ordenó el año pasado volver a los estándares previos a 2016.
Esta decisión quedó en suspenso, a la espera de que la Corte Suprema analice el caso. El fallo debe conocerse dentro de algunos meses.
“Es inapropiado que un juez cuestione una decisión técnica de la FDA, no tiene precedentes, y es extremadamente peligroso”, dijo Liz Borkowski, experta en salud pública y salud de la mujer en la Universidad George Washington.
Jueces versus científicos
Desde su creación, la FDA se encarga de determinar la seguridad y eficacia de nuevos medicamentos, en un meticuloso proceso de regulación y revisión para el que suele consultar a expertos independientes. Sus decisiones sirven de referencia para otros países.
La justicia ha cuestionado algunas decisiones de la FDA en el pasado, especialmente sobre patentes, afirma el abogado Lewis Grossman, pero “imponer restricciones a la disponibilidad de un medicamento basándose en discrepancias con los especialistas científicos de la FDA, sería algo “sin precedentes“.
Las y los demandantes antiaborto argumentan que al revisar las reglas en 2016, la FDA debería haber evaluado el impacto de implementar todos los cambios al mismo tiempo, un enfoque que según Grossman es “un invento”.
“Hay décadas de evidencia sobre la seguridad y la eficacia de la mifepristona. Si la mifepristona no puede seguir en el mercado, con toda la evidencia que tenemos sobre ella, entonces ningún medicamento es seguro”, añadió Borkowski.