El Gobierno de Ecuador sustituyó este lunes al jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas y al de prisiones, en un intento de aplacar una crisis carcelaria atizada por el narcotráfico y que este año deja más de 320 presos muertos en brutales enfrentamientos.
El mandatario Guillermo Lasso “aceptó la renuncia” del jefe del comando conjunto, vicealmirante Jorge Cabrera, y del director del organismo a cargo de prisiones (SNAI), Bolívar Garzón, indicó la secretaría de Comunicación de la presidencia en un comunicado.
Los responsables salieron de sus cargos ante el caos que reina en el sistema penitenciario y el desafío de las bandas del narcotráfico que se disputan el poder dentro y fuera de las prisiones. El fin de semana, 68 reclusos perdieron la vida en un choque a bala, con explosivos y a machete en la principal cárcel del puerto de Guayaquil, que el gobierno calificó de “barbarie”.
Este lunes Lasso se reúne en Guayaquil con los comandantes de las Fuerzas Armadas y Policía, además de ministros de seguridad y los titulares del Congreso, la Corte Nacional de Justicia y la Corte Constitucional para “abordar la situación de manera integral”, según la secretaría de Comunicación.
El mandatario dará una declaración hacia las 20H00 locales del lunes (01H00 GMT del martes), añadió.
“El país está bajo el ataque, bajo una mafia internacional de los cárteles de la droga”, expresó el vocero presidencial, Carlos Jijón, al canal Teleamazonas.
Sin embargo, también deslizó la tesis de un complot político para desestabilizar al gobierno de Lasso, investigado por el Congreso por su relación con el escándalo de los “Pandora Papers”.
“El objetivo real (de la masacre) era cometer un acto de terrorismo que conmocione a la nación”, señaló Jijón, y agregó que la crisis no se reduce a “un enfrentamiento entre bandas o pandillas de la cárcel”, sino que se trata de “una situación extremadamente grave que tiene ramificaciones políticas”.
Entretanto, el mandatario designó como nuevo jefe de las Fuerzas Armadas al general Orlando Fuel, quien era comandante del Ejército, y encargó la dirección del SNAI a la agencia de inteligencia del gobierno CIES.
El general Luis Burbano pasó a ser comandante del Ejército.
Los enfrentamientos del viernes y sábado sacudieron la cárcel Guayas 1 de Guayaquil, donde en septiembre ya habían muerto 119 reclusos en la masacre carcelaria más cruenta ocurrida en Ecuador y una de las peores de Latinoamérica.
Desde el domingo no “se registran incidentes en los centros de privación de libertad del país”, sumidos en la anarquía y la violencia y con una sobrepoblación del 30%, según los informes de las autoridades.
Cuerpos irreconocibles
Lasso decretó dos estados de excepción debido a la situación en las prisiones y la violencia del narco: uno el 30 de septiembre por 60 días para las cárceles, y otro el 18 de octubre también por 60 días, movilizando a los militares a las calles para que apoyen a la policía en patrullajes y requisas.
Pero la Corte Constitucional limitó su alcance, prohibiendo el ingreso de efectivos militares a las penitenciarias y autorizando solo su presencia en los exteriores hasta finales de este mes. También dispuso que los militares patrullen las calles por no más de 30 días.
La tasa de homicidios subió de 7.8 por cada 100 mil habitantes en 2020 a 10.6 entre enero y octubre de 2021, según el gobierno.
Ubicado entre Colombia y Perú, los principales productores mundiales de cocaína, Ecuador pasó de ser un punto de almacenamiento y tránsito de droga a enfrentar las mafias del negocio y sus milllonarios recursos. Solo este año ha decomisado la cifra récord de 155 toneladas de drogas.
Las masacres carcelarias en el país son cruentas, con cuerpos quemados, decapitados y desmembrados.
La violencia del fin de semana dejó personas “asesinadas, incineradas, mutiladas”, y varios de los “cuerpos están irreconocibles, tienen que hacerse pruebas de ADN” para ser identificados, dijo el vocero presidencial.
Un hombre que pidió no ser identificado compartió con la AFP el audio que su hijo -detenido desde marzo en ese reclusorio por un caso de drogas- le envió por WhatsApp poco antes de la matanza, a la que sobrevivió.
“Se va a armar ya la guerra, ya vinieron a dar la luz verde (para) que abran todos los pabellones para enfrentarse con el enemigo y no sé qué es lo que vaya a pasar”, expresó el joven.
Además, las autoridades investigan si un radar militar que Ecuador puso a funcionar en octubre para luchar contra el narcotráfico y que dejó hace una semana de funcionar debido a una explosión, fue blanco de un ataque “terrorista”.
Con capacidad para 30 mil personas, las 65 prisiones ecuatorianas están ocupadas por 39.000 reclusos, una superpoblación del 30%. Del total de reos, 15 mil carecen de sentencia.