En las montañas de Wardak, en el centro de Afganistán, en la clínica del pueblo de Daymirdad las reglas ultrarrigurosas de los talibanes se aplican con excepciones, sobre todo cuando dependen de ellas la salud y las urgencias vitales.
Que un hombre y una mujer trabajen juntos o ser examinados por un doctor del género opuesto, nla sharía lo permite cuando es necesario o urgente”, explicó Mohamad, dirigente talibán encargado de la salud en este distrito.
La clínica de Tangi Saidan, que se encuentra al final de una interminable carretera de tierra en medio de montañas desérticas, cuenta con cinco mujeres entre sus 18 trabajadores sanitarios.
Se trata de una enfermera, dos comadronas, una consejera en nutrición y una auxiliar sanitaria encargada de la vacunación.
La de Saidan es la única clínica con equipos de cirugía en esa zona poco poblada.
Como no cuenta con ninguna médica entre su personal, el cirujano Sharif Shah se encarga de hacer las cesáreas, pero siempre acompañado por una enfermera y una miembro de la familia de la embarazada.
Debemos operarlas aquí, ya que, si no pudiéramos hacerlo, las mujeres morirían al no llegar a tiempo a Kabul. Los pacientes se encuentran a menudo a cinco o seis horas de carretas y durante el invierno suelen llevarlos sobre la espalda, dado que la nieve les impide circular”, comentó Shah.
Jamila, la enfermera, sostiene que el hecho de que sea una zona talibán no le supone ningún problema para trabajar, aunque debe acompañarla un “mahram”, un hombre de su familia, durante sus guardias nocturnas.
La gente no tiene ningún problema con los hombres doctores, ya que consideran que un doctor es como un mahram”, mencionó.
Las normas de esta convivencia entre mujeres y hombres, una de las pocas excepciones toleradas por los talibanes, resultan precisas.
Cuando no hay ningún enfermero, las enfermeras pueden curar a los hombres y, cuando es necesario, se puede autorizar la presencia de un acompañante masculino en aquellas salas donde hay pacientes femeninas.
Los talibanes, que regresaron al poder a mediados de agosto, aún no especificaron las modalidades de aplicación de la sharía.
De momento, solo pidieron a las mujeres que no vayan a trabajar, con la excepción del personal médico, mientras no establezcan un sistema compatible con su visión ultrarigorista de la ley islámica.