Estados Unidos y Reino Unido lanzaron este jueves ataques aéreos contra los rebeldes hutíes en Yemen por las agresiones de ese grupo apoyado por Irán contra la navegación en el mar Rojo, informaron autoridades y confirmaron testigos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo en un comunicado que los bombardeos formaron parte de una acción defensiva que alcanzó con éxito varios objetivos hutíes y que contó con el apoyo de Australia, Baréin, Canadá y Holanda, sin precisar su rol en la operación.
El mandatario expresó que “no dudará” en ordenar otras medidas militares para proteger a Estados Unidos y el comercio internacional.
“Estos ataques selectivos son un claro mensaje de que Estados Unidos y nuestros socios no tolerarán ataques contra nuestro personal ni permitirán que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más críticas del mundo”, añadió.
Los hutíes han llevado a cabo un número creciente de agresiones en la importante ruta marítima del mar Rojo desde que estalló la guerra de Gaza con el ataque sin precedentes del grupo islamista Hamás contra Israel el 7 de octubre.
Fuertes ataques aéreos golpearon aeropuertos e instalaciones militares en Yemen a primera hora del viernes, indicaron los medios de comunicación oficiales de los rebeldes y corresponsales de la AFP.
“Nuestro país se enfrenta a un ataque masivo de barcos, submarinos y aviones estadounidenses y británicos”, declaró el viceministro de Asuntos Exteriores hutí, Hussein Al-Ezzi, citado por medios rebeldes.
“Estados Unidos y Reino Unido deben estar preparados para pagar un alto precio y asumir las graves consecuencias de esta agresión”.
“Restaurar la estabilidad”
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, precisó en una nota que la operación tuvo como objetivo radares y misiles de los rebeldes, que controlan una franja de territorio en Yemen.
En un comunicado conjunto, Washington y sus aliados aclararon que su intención con los ataques es “reducir las tensiones y restablecer la estabilidad” en el mar Rojo, “defendiendo vidas humanas” y protegiendo la libre circulación del comercio.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, consideró en una declaración que los ataques fueron “medidas limitadas, necesarias y proporcionadas en legítima defensa”.
Esta represalia occidental aumenta el riesgo de convertir una situación ya tensa en Oriente Medio en una conflagración más amplia que enfrente a Estados Unidos e Israel contra Irán y sus aliados regionales.
Arabia Saudita expresó “gran preocupación” por las operaciones militares en el mar Rojo y los bombardeos contra el país vecino y reclamó “moderación y evitar una escalada”, en un comunicado de su cancillería.
Los rebeldes hutíes afirman que actúan en respuesta a la ofensiva israelí en la Franja de Gaza tras la incursión de Hamás, y han lanzado una serie de drones y misiles hacia Israel.
Ese grupo controla gran parte de Yemen desde que estalló la guerra civil en 2014 y forma parte del llamado “eje de resistencia” contra Israel, apoyado por Irán.
Estados Unidos y sus aliados habían lanzado una serie de advertencias cada vez más severas a los hutíes para que pusieran fin a los ataques marítimos, aunque al mismo tiempo se han mostrado cautos ante los riesgos de avivar las tensiones regionales.