En Estados Unidos, a dos días del cambio de gobierno, el secretario del ejército, Ryan Mccarthy, no descarta un posible ataque de quienes estarán encargados de la seguridad durante la ceremonia de toma de posesión de Joe Biden como el presidente número 46.
En un hecho sin precedentes, el FBI analiza a los 25 mil soldados de la Guardia Nacional desplegados en el capitolio y calles de Washington DC, encargados de evitar cualquier altercado.
Además, agentes federales buscan a una mujer de Pennsylvania, Riley June William, quien presuntamente sustrajo la computadora portátil de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de su oficina en el Capitolio, mientras transcurría el asalto del 6 de enero.
Según las investigaciones del FBI, la mujer pretende vender la lap top a la agencia de seguridad rusa.
Como parte de los preparativos para la ceremonia del miércoles, más de 190 mil banderas estadounidenses se instalaron en el National Mall, a fin de representar al pueblo que no podrá asistir a Washington.
La vigilancia llegó al extremo de suspender el ensayo de la ceremonia de traspaso de poderes, por el incendio en un campamento de personas sin techo debajo de un puente.
En Richmond, Virginia, se manifestaron hombres armados y con el rostro cubierto, a favor de la libre portación de armamento.
En las capitales de los 50 estados de la Unión Americana, se reforzó la vigilancia en previsión de protestas contra Biden.
Mientras, la próxima vocera de la Casa Blanca, Jan Psaki, aseguró que el gobierno de Biden no considera levantar las restricciones de viaje por Covid a gran parte de Europa y Brasil, instruidas por Trump este lunes.