
El hijo del difunto dictador Ferdinand Marcos, Ferdinand Marcos hijo, logró una victoria aplastante en la elección presidencial en Filipinas, una apuesta del país asiático porque el regreso al poder de esta dinastía traiga un alivio a la pobreza pese a los cuestionamientos que la rodean.
Con casi todas las papeletas escrutadas, Ferdinand Marcos hijo consiguió arriba de 56% de los votos, más del doble que la candidata liberal Leni Robredo, según resultados la Comisión Electoral. Con una ventaja de más de 16 millones de votos, la familia Marcos vive un impresionante cambio de fortuna en pocas décadas.
Unos 67 millones de personas filipinas estaban habilitadas a votar en estas elecciones generales en las que se elegían además vicepresidente, diputados, la mitad de los senadores, los gobernadores de provincia y otros miles de responsables locales.
En 1986, Marcos padre y su esposa Imelda salieron al exilio, expulsados por una revolución de “poder popular”. Marcos hijo se negó en su campaña a denunciar los excesos de brutalidad y corrupción de su familia, y más bien se ocupó de encubrir lo ocurrido en ese período.
Así, los votantes filipinos se volcaron a apoyar a Marcos, con las memorias del régimen borradas por el paso del tiempo. “Él sacará al país de la pobreza que vivimos ahora”, declaró Anthony Sola, un expolicía y simpatizante de Marcos.
El hombre de 50 años descartó las denuncias de que la familia Marcos robó 10 mil millones de dólares durante su último período en el poder: “No creo que hayan robado dinero porque si lo hubieran hecho, tendrían que estar encarcelados”.
En un discurso nocturno desde la sede de su campaña en Manila, Marcos agradeció a los voluntarios que apoyaron su candidatura por los meses de “sacrificios y trabajo”. Evitó proclamar la victoria al advertir que “el conteo no está listo”. Se espera un escrutinio certificado para después del 28 de mayo.