El Gobierno y la oposición de Venezuela regresan a una mesa de negociación, con una agenda centrada en sanciones internacionales, liberación de presos políticos y condiciones electorales, sin que la permanencia de Nicolás Maduro en el poder esté en riesgo.
El encuentro mediado por Noruega se celebra en México, después de un intento fallido en Barbados en 2019. Un año antes, hubo otro en República Dominicana dirigido por el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero.
El gobierno de Venezuela y la plataforma unitaria (…) se encuentran en la fase final de conversaciones exploratorias, con el objetivo de iniciar negociaciones en México facilitadas por Noruega”, escribió el Ministerio de Exteriores de ese país en Twitter.
El canciller Marcelo Ebrard confirmó igualmente el encuentro, que comienza el viernes, en principio en Ciudad de México, con una reunión previa que antecede a la semana de trabajo, que arranca el 30 de agosto y se considerará el inicio formal de la negociación.
Les confirmo que la cancillería Noruega nos ha comunicado que las partes que participarán en el diálogo sobre Venezuela han entrado a fase final de sus pláticas exploratorias a fin de iniciar negociaciones en nuestro país.
— Marcelo Ebrard C. (@m_ebrard) August 11, 2021
En el primer encuentro será presentada la agenda, que según Maduro consta de siete puntos.
Hemos hecho un conjunto de demandas, de exigencias y las mantenemos firmemente: en primer lugar el levantamiento inmediato de todas las sanciones criminales”, dijo el mandatario refiriéndose a la batería de medidas en contra del gobierno y sus principales figuras, incluido un embargo petrolero de Estados Unidos.
La oposición liderada por Juan Guaidó pide condiciones electorales y un cronograma que incluya comicios presidenciales, además de la liberación de presos políticos, entre ellos el exdiputado Freddy Guevara, detenido poco antes de las conversaciones.
Puede haber una flexibilización de algunas sanciones (…) vinculadas a los temas humanitarios y ceder en temas como los presos políticos o del reconocimiento institucional de la oposición”, estimó Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis.
“Nada para ofrecer”
Guaidó es reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, luego de que, desde la jefatura del Parlamento, se juramentó en 2019 tras la reelección de Maduro el año anterior, considerada fraudulenta.
Entonces arreciaron sanciones contra el Gobierno chavista, en medio de una crisis sin precedentes: Venezuela acumula ocho años consecutivos de recesión y una reducción del PIB del 80% desde 2014.
Maduro, no obstante, mantuvo el control institucional y territorial, mientras que Guaidó perdió dominio del Legislativo, tras marginarse de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en las que arrasó el chavismo.
El opositor se aferra a su legitimidad al sentarse a negociar, aunque el gobierno lleva la delantera.
La oposición no tiene nada en la mano para ofrecer, sino la relación con quien sí lo tiene, que es la comunidad internacional. La oposición puede pedir, solicitar, incorporar eso en las negociaciones, pero las decisiones son de los países”, destacó León.
En junio, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea se mostraron dispuestos a “revisar” las sanciones contra Maduro si ven “avances significativos en una negociación integral” hacia elecciones “creíbles, inclusivas y transparentes”.
“No aguanta hasta 2024”
Este proceso sigue a una negociación interna al margen de Guaidó, liderada por Capriles, que resultó en la liberación de algunos presos políticos y nuevas autoridades electorales, vistas con buenos ojos por Estados Unidos y la Unión Europea, y ocurre mientras el país se encamina a elecciones de alcaldes y gobernadores el 21 de noviembre.
Mientras ese proceso (de negociación) va, hay una elección y la oposición va a ser más fuerte en la negociación si le va bien en la elección”, señaló Capriles, que apuesta un diálogo ‘discreto’, alejado de las cámaras de TV.
La oposición muestra señales de querer participar en las regionales, aunque no ha anunciado si irá como bloque unitario.
Pedro Benítez, columnista y profesor universitario, estimó que el nuevo encuentro puede centrarse en la “reinstitucionalización del país“. “Que le devuelva a la gente la confianza en el voto”.
La permanencia de Maduro en el poder, sin embargo, no corre riesgo.
Por lo que adelantar las elecciones presidenciales, previstas en tres años, está descartado de momento.
No es que queremos las presidenciales mañana”, dijo una fuente opositora a la AFP.
“Pero esto no aguanta hasta 2024”, agregó.
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