El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) y miles de empresas trataban de investigar y responder a una campaña de piratería informática generalizada, que los funcionarios sospechan fue dirigida por el gobierno ruso.
Los correos electrónicos enviados por los funcionarios del DHS, que supervisa la seguridad de las fronteras y la defensa contra la piratería informática, fueron monitorizados por los piratas informáticos como parte de una sofisticada serie de violaciones.
Los ataques, revelados por primera vez el domingo, también afectaron a los departamentos de Tesoro y Comercio de Estados Unidos.
La empresa de tecnología de la información estadounidense SolarWinds, que ha sido la puerta clave que usaron los hackers, dijo que hasta 18 mil de sus clientes habían descargado una actualización de software que permitió a los intrusos espiar a empresas y oficinas públicas sin ser vistos durante nueve meses.
Estados Unidos emitió una advertencia de emergencia el domingo, ordenando a los usuarios desconectar y desactivar el software de SolarWinds que, según dijo, había sido comprometido por “agentes maliciosos”.
La advertencia se produjo después de que Reuters informó que presuntos piratas informáticos rusos habían usado actualizaciones de software para entrar en múltiples agencias del gobierno estadounidense, incluidos los departamentos del Tesoro y de Comercio.
Rusia negó que haya tenido conexión con los ataques.
Una de las fuentes sostuvo que el correo electrónico del DHS se había visto comprometido, pero no la red crítica que utiliza la división de ciberseguridad para proteger la infraestructura.
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que estaba al corriente de los reportes, sin confirmar directamente los ataques o qué tan graves fueron.
El DHS es un enorme aparato burocrático responsable de la seguridad fronteriza, la ciberseguridad y, más recientemente, de la distribución segura de la vacuna contra el Covid-19.
La unidad de ciberseguridad de la agencia, conocida como CISA, fue debilitada por el despido de su jefe Chris Krebs, por parte del presidente Donald Trump, después de que el funcionario dijo que las elecciones presidenciales habían sido las más seguras de la historia de Estados Unidos. Su segundo y el jefe electoral también se fueron.