
Un caso de deportación que se ha vuelto simbólico, es el de Kilmar Ábrego García, migrante salvadoreño que fue enviado a su país de origen por error de las autoridades de Estados Unidos, como ellos mismos reconocieron desde el principio.
Un juez ordenó al gobierno del presidente Trump regresar a Kilmar Abrego a Estados Unidos, lo cual sucedió a principios de junio, pero de inmediato fue detenido, acusado del delito de tráfico de personas.
A solicitud de sus abogados, una jueza de Tennessee ordenó mantenerlo en prisión debido a preocupaciones de que podría ser deportado si es liberado mientras espera su juicio por ese cargo.