
Este martes, el papa Francisco agradeció las palabras de cercanía que le han demostrado en estos momento de enfermedad, señaló la Sala de Prensa de la Santa Sede.
“Como he dicho, la guerra parece aún más absurda. La fragilidad humana, en efecto, tiene el poder de hacernos más claros sobre lo que dura y lo que pasa, sobre lo que nos hace vivir y lo que mata”, comentó.
Quizá por eso, indicó, tendemos tan a menudo a negar los límites, y a rehuir a las personas frágiles y heridas.
“Tienen el poder de cuestionar la dirección que hemos elegido, como individuos y como comunidad”, mencionó.
También invitó a todos aquellos que dedican su trabajo e inteligencia a informar, a través de las herramientas de comunicación que ahora unen nuestro mundo en tiempo real, a que sientan la importancia de las palabras.
“Nunca son sólo palabras, son hechos que construyen entornos humanos. Pueden conectar o dividir, servir a la verdad o servirse de ella. Debemos desarmar las palabras, para desarmar las mentes y desarmar la Tierra”, precisó.
Además, dijo qeu hay una gran necesidad de reflexión, de calma, y de sentido de la complejidad.
Asimismo, comentó que, mientras que la guerra sólo devasta comunidades y el medio ambiente, sin ofrecer soluciones a los conflictos, la diplomacia y las organizaciones internacionales necesitan sangre nueva y credibilidad.
“Las religiones, además, pueden recurrir a la espiritualidad de los pueblos para reavivar el deseo de fraternidad y justicia, la esperanza de paz”, explicó.
Todo esto, puntualizó, exige compromiso, trabajo, silencio y palabras.