Después de dos años de suspendida debido a la pandemia por COVID-19, regresó la tradicional Fiesta de la Tomatina, en Valencia, España.
En esta batalla a tomatazos, los participantes se reúnen para arrojarse esta hortaliza los unos a los otros durante una hora.
Se prevé que este año 14 mil personas, tanto de España como de otros países, participen en el evento, en el que se arrojarán hasta 130 toneladas de tomates.
El origen de esta peculiar festividad
La Tomatina coincide con la fiesta del Santo Patrón de la ciudad, San Luis Bertrán, y sus orígenes se remontan al año 1945.
El origen de La Tomatina se remonta al último miércoles de agosto de 1945, cuando tenía lugar un desfile. Unos jóvenes traviesos que había en la Plaza del Pueblo, durante sus juegos, empujaron a uno de los participantes del desfile, que cayó al suelo.
Este, furioso, cogió unos tomates que había en un puesto de verduras de la plaza y empezó a lanzarlos. La gente, en medio de aquella batalla campal, respondió lanzando también las verduras que encontraba en la tienda.
Un año después, los jóvenes repitieron, de forma voluntaria, el lanzamiento de tomates, que se llevaron desde casa. Esto llevó a la prohibición de este acto, pero cada último miércoles de agosto los grupos de jóvenes parecían insistir en repetir el ritual.
El lanzamiento de estos curiosos proyectiles fue cancelado una y otra vez hasta 1957. Fue entonces cuando los vecinos de Buñol, en señal de protesta, realizaron una manifestación en la que portaron un ataúd con un tomate dentro, de forma similar a un entierro.
El acto tuvo gran repercusión y consiguió que La Tomatina se instaurara como fiesta oficial.
Desde entonces, ha tenido un gran crecimiento y su aparición en las diferentes cadenas de televisión le ha otorgado mucha repercusión a nivel nacional e internacional.
La afluencia de turistas de todas las partes del mundo es cada vez mayor. Por eso, La Tomatina fue declarada en 2002 Fiesta de Interés Turístico Internacional.
En los últimos años y tras desbordarse la afluencia de público edición tras edición, el ayuntamiento de Buñol tomó la decisión de controlar el aforo poniendo a la venta un número limitado de entradas.
De esa manera, solo 20 mil personas cada año (15 mil visitantes y 5 mil vecinos de Buñol) tienen acceso a la Tomatina el último miércoles de cada mes de agosto, siguiendo aquella tradición que comenzó en 1945 por accidente y que ha convertido esta fiesta en una de las más populares del mundo.