Mariúpol vive horas decisivas, pues advirtió que luchará hasta el final, respondiendo así al ultimátum que lanzó Rusia al último grupo de resistencia de 2 mil 500 combatientes ucranianos en esa ciudad, para que depongan las armas a cambio de preservar sus vidas.
En la localidad portuaria no han parado los bombardeos desde el inicio de la invasión rusa. Su ubicación al sureste de Ucrania es punto estratégico de entrada al país.
“No, la ciudad todavía no ha caído. Todavía quedan nuestras fuerzas militares, nuestros soldados, por lo que lucharán hasta el final”, dijo Denys Shmyhal, primer Ministro de Ucrania.
Aunque los ataques rusos se han concentrado en la zona oriental los últimos días, este domingo lanzaron misiles contra una fábrica militar en Brovary, ubicada a una hora de Kiev. Otro objetivo cercano a la capital, atacado tras la destrucción del buque insignia de la flota rusa en el Mar Negro.
“El resto del ejército ucraniano y un gran grupo de civiles están básicamente rodeados por las fuerzas rusas. Continúan su lucha, pero parece que por la forma en la que el ejército ruso se comporta en Mariúpol, ha decidido arrasar la ciudad a cualquier precio”, detalló Dmytro Kuleba, ministro de Relaciones Exteriores, Ucrania.
En la fábrica de Brovary no se reportaron víctimas; y las autoridades pidieron a la población no compartir la ubicación del lugar por ser un sitio estratégico.
“Esta mañana varias instalaciones de infraestructura en nuestra comunidad fueron atacadas. Por favor mantengan la calma. No se acerquen al lugar. Repito hay una guerra en curso”, informó Igor Sapzhko, alcalde de Brovary, Ucrania.
Al este del país, Járkov fue bombardeada más de 20 ocasiones, con saldo de al menos tres muertos y más de 30 heridos, incluidos cuatro niños.