Ante la crisis de problemas de salud mental agravada por la pandemia de COVID, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció este martes un plan de hospitalización forzada para los sin techo con problemas psiquiátricos graves.
“Si personas que sufren una grave enfermedad mental no tienen techo y representan un peligro para ellas mismas, tenemos la obligación moral de ayudarlas a ser tratadas y curadas cuando lo necesiten”, dijo a la prensa Adams, que desde que llegó al gobierno de la capital financiera estadounidense a principios de enero, ha convertido la seguridad en una de sus prioridades.
El alcalde emitió una directiva que da mayor autonomía al personal que trabaja en la evaluación y el cuidado de personas con problemas psiquiátricos para que actúen cuando una enfermedad mental grave impida a las personas sin techo “satisfacer sus propias necesidades humanas básicas hasta el punto de que sean un peligro para sí mismos“.
Con esta directiva, pretende disipar “el mito persistente de que la norma legal para la intervención involuntaria requiere un ‘acto manifiesto’ que demuestre que la persona es violenta, tiene tendencias suicidas o tiene un comportamiento escandalosamente peligroso que puede provocar un daño inminente”.
Adams creará una línea de teleconsulta para que la policía que patrulla las calles pueda tener acceso directo a los médicos y evaluar así el estado de las personas, en el marco de una “respuesta compasiva”.
Prometió asimismo enviar al parlamento estatal un paquete de medidas para complementar la legislación actual con el fin de que pueda amparar a las personas más vulnerables con problemas severos de salud mental y exigir a los hospitales que examinen a todos los pacientes psiquiátricos antes de darles el alta para ver si necesitan recibir “tratamiento ambulatorio asistido”.
En vísperas de los meses de invierno, el gobierno de Adams ha empezado a desplegar equipos de respuesta clínica conjunta en las estaciones de metro más concurridas, integrados por agentes policiales y trabajadores del departamento de Salud.
En invierno suele aumentar el número de personas sin hogar en el metro de Nueva York debido al frío en esta capital financiera y cultural de casi 9 millones de habitantes, con enormes desigualdades socioeconómicas crónicas.
Aunque a raíz de la muerte de una mujer al ser empujada a las vías del tren subterráneo por un esquizofrénico el pasado enero, pocos días después de asumir sus funciones, Adams prohibió a los vagabundos refugiarse en el metro.
Desde entonces, más de tres mil personas sin techo, muchos con problemas de salud mental, están acogidos en albergues municipales.
La decisión del alcalde neoyorquino, un expolicía partidario de la mano dura contra la inseguridad, se produce en un momento álgido del debate nacional por el aumento de la inseguridad y el papel de la policía.
Mientras los republicanos y algunos demócratas como Adams abogan por medidas más agresivas, muchos defensores de los derechos humanos y autoridades alertan de los riesgos que entraña el despliegue policial para ayudar a los trabajadores sociales.