La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) prevé que el próximo invierno será uno de los más crueles de Siria, ante los cortes de suministro de combustible y electricidad que pondrán en peligro a casi la mitad de la población del país.
La OCHA teme que 6 millones de sirios (dentro de una población total de 14.6 millones) necesitarán de ayuda para aguantar el invierno, 33% más respecto al año pasado.
Allí residen comunidades vulnerables de desplazados en campos de asentamiento, escenario en los meses invernales de incendios por el mal uso de los aparatos de calefacción.
Por las fechas invernales, la OCHA registra un aumento de las enfermedades respiratorias, cuya atención se ve impedida por los cortes en las carreteras que bloquean el acceso a los servicios básicos de atención médica.
Condiciones socioeconómicas
También, este año, un deterioro particular de las condiciones socioeconómicas por el desplome de la libra siria y la crisis energética mundial, ha desembocado en un racionamiento del suministro eléctrico, subida del combustible o cortes energéticos y el aumento generalizado de los bienes esenciales.
Esto ocurre en un país donde miles de personas viven con solo una hora de electricidad al día y necesitadas urgentemente de paquetes de emergencia para sobrevivir al invierno.
Asimismo, la OCHA lamenta que la capacidad humanitaria se está viendo obstaculizada por la falta de recursos resumida en la falta de fondos del llamado Plan de Respuesta Humanitaria para Siria, que solo ha recibido 26.6% del dinero solicitado (un total de 26 millones de euros de un total de 14).
De igual modo, la OCHA teme que tampoco se llegue al objetivo de 2 millones de euros específicamente destinados a la asistencia para el invierno, ni los fondos adicionales para ayudar a los 420 mil sirios que cultivan trigo a partir de noviembre.