La salud del Papa Francisco, hospitalizado desde el miércoles en Roma, registró una clara mejoría tras la administración de una terapia antibiótica, a base de infusión que produjo los efectos esperados contra una bronquitis infecciosa, así lo informó el Vaticano.
Francisco, indicó el segundo informe diario de la oficina de prensa de la Santa Sede, seguirá hospitalizado varios día para recibir tratamiento y que sus próximas citas fueron anuladas.
Su Santidad el Papa Francisco descansó bien durante la noche. El cuadro clínico mejora progresivamente y continúan los tratamientos previstos. Esta mañana, después del desayuno, leyó algunos periódicos y volvió al trabajo” señala el comunicado.
El pontífice se halla en el décimo piso, reservado a los papas, del Hospital Gemelli. En este lugar fue ingresado siete veces Juan Pablo II (fallecido en 2005), lo cual le valió al lugar el apodo de “El Vaticano 3”, después de las dos residencias oficiales de los sumos pontífices, el Palacio Apostólico y la residencia estival de Castel Gandolfo.
Francisco ya estuvo allí en algunas ocasiones. Después de asegurar el miércoles que se trataba de controles programados, el portavoz del Vaticano finalmente anunció, tras varias horas de silencio, que el papa padecía una infección respiratoria.
Los controles médicos pusieron de manifiesto una infección respiratoria y si bien ha sido excluido COVID-19, va a requerir varios días de un adecuado tratamiento médico hospitalario” comentó.
Semana Santa
Según fuentes del hospital, es posible que el pontífice presida la misa el próximo 2 de abril del Domingo de Ramos en el Vaticano, salvo imprevistos. Con esa misa se abren las celebraciones por la Semana Santa, que se culmina con la Pascua, la fiesta más importante del cristianismo.
Fuentes religiosas sostienen que el Vaticano está organizando un programa alternativo en caso de que el papa no pueda presidir las ceremonias religiosas. Se trata de ceremonias largas y cansadoras, como el Via Crucis al aire libre en el Coliseo de Roma del Viernes Santo.
Mientras tanto, medios italianos aseguraron que el Papa Francisco no oficiará algunos de los ritos de la Semana Santa, pero la Santa Sede por el momento no ha confirmado ni especificado los planes para la Semana Santa del pontífice.
El cardenal italiano, Leonardo Sandri, confirmó que él se encargará de oficiar la misa del Domingo de Ramos con la que se abrirá la Semana Santa, aunque expresó su esperanza de que el Papa sea dado de alta y pueda presidirla.
Asimismo, el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, afirmó que se pondrá detrás del altar en la misa del Domingo de Resurrección el día 9 de abril.
Mensajes de pronta recuperación
La hospitalización sorprendió a la opinión pública sobre todo porque Jorge Bergoglio participó con total normalidad a la tradicional audiencia general en la Plaza de San Pedro, durante la cual apareció sonriente, saludando a los fieles desde su “papamóvil”
Personalidades y líderes políticos de todo el mundo le han enviado mensajes de pronta recuperación, entre ellos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien pidió oraciones por la salud del papa.
Francisco, que se moviliza en silla de ruedas desde mayo de 2022 debido a la artritis en una rodilla, fue operado de colon en julio del 2021 en ese mismo hospital de Roma, donde permaneció 10 días.
Ante los periodistas que suelen acompañarlo en sus viajes, Francisco contó que esa intervención le dejó “secuelas” por la anestesia y que, por ello, descartó someterse de nuevo a una operación en la rodilla.
Esos problemas médicos lo obligaron a cancelar varias audiencias en 2022 y posponer un viaje a África, lo que suscitó muchas dudas sobre una posible renuncia.
En varias entrevistas concedidas en los últimos meses, el papa ha hablado de la posibilidad de renunciar, tal como lo hizo en 2013 su predecesor, Benedicto XVI, fallecido a finales de 2022.
Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de mi elección (en marzo del 2013). Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio” contó Francisco, aunque aclaró sucesivamente que aún no había pensado en renunciar a su cargo.
En julio del año pasado, confesó que ya no podía viajar con el mismo ritmo de antes y aseguró que podría “hacerse a un lado”.