En el mundo, los trabajadores de distintos países tomaron nuevamente las calles para conmemorar el Día del Trabajo y exigir mejores condiciones laborales, tras más de un año de pandemia.
Aunque el entorno de restricciones sanitarias por el virus de COVID-19 impidió concentraciones masivas, en algunas ciudades, contingentes de la policía intentaron impedir algunas marchas, mientras en urbes emblemáticas, como parís, miles de sindicalistas fueron encapsulados por policías.
En Estados Unidos, pequeños grupos de migrantes mexicanos desfilaron en decenas de ciudades, como Chicago, Los Ángeles, Washington, Houston y Nueva York, gritando consignas en favor de la reforma migratoria.
En Turquía, la policía arrestó a más de un centenar de manifestantes en Estambul y Ankara.
Autoridades de Filipinas e Indonesia también impidieron las protestas laborales.
En Berlín los sindicatos marcharon en forma multitudinaria y pacífica, mientras en Moscú el Partido Comunista de la Federación Rusa convocó a pocos cientos de personas para depositar coronas en monumentos emblemáticos.
Por segundo año consecutivo, en Italia el primero de mayo transcurrió sin las habituales marchas y conciertos de rock.
Y mientras la mayoría concentran sus demandas en mejorar los salarios y las condiciones laborales, otros luchan porque su empleo no desaparezca. En la pequeña Henneboth, trabajadores de una planta proveedora de la principal automotriz francesa se aliaron con las autoridades para revertir el cierre de la fábrica.
Nuestro objetivo es mantener la actividad industrial en el sitio y no cerrarlo, al contrario. Hemos demostrado que el fonderie era rentable”, expresó Fabrice Levy, alcalde de Caudan, Francia.
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