La primera ministra británica, Liz Truss, dijo este jueves que su gobierno limitará los precios domésticos de energía para hogares y empresas, con el fin de aliviar la crisis del costo de vida que ha dejado a personas y empresas en todo Reino Unido enfrentando un invierno sombrío.
También señaló que aprobará más perforaciones petroleras en el Mar del Norte y levantará la prohibición del fracking (o fracturación hidráulica, técnica para aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo) en un intento por aumentar el suministro de energía nacional de Reino Unido.
Asimismo, indicó a los legisladores en el Parlamento que la “garantía de precio de la energía” de dos años significa que las facturas domésticas promedio no superarán las 2 mil 500 libras (2 mil 872 dólares) al año para calefacción y electricidad.
Las facturas debían aumentar a 3 mil 500 libras (4 mil dólares) al año a partir de octubre, el triple del costo de hace un año. Las facturas se están disparando debido a la invasión rusa de Ucrania y las réplicas económicas de COVID-19 y Brexit.
“Estamos apoyando a este país durante este invierno y el próximo y abordando las causas profundas de los altos precios para que nunca volvamos a estar en la misma posición”, mencionó Truss.
Además, mencionó que empresas e instituciones públicas como hospitales y escuelas también recibirán apoyo, pero durante seis meses en lugar de dos años.
Por otra parte, dijo que este tope reducirá la creciente tasa de inflación de Reino Unido entre cuatro y cinco puntos porcentuales. La inflación llegó a 10.1% en julio y se prevé que aumente a 13% antes de fin de año.
Costo de imponer un límite en el precio de la energía
Sin embargo, el Gobierno no ha dicho cuánto costará el precio tope de energía, pero las estimaciones lo ubican en más de 100 mil millones de libras (116 mil millones de dólares).
Truss ha rechazado los llamados de la oposición para imponer un impuesto extraordinario sobre las ganancias de las compañías petroleras. El tope, mencionó, se pagará con fondos del Tesoro y mediante endeudamiento.
El opositor Partido Laborista dice que eso significa que los contribuyentes británicos tendrán que pagar la factura.
Mientras que el portavoz de energía laboral, Ed Miliband, acusó a Truss de rechazar un impuesto sobre ganancias inesperadas “puramente sobre la base del dogma”.
Este anuncio se produce después de un verano en el que el Gobierno se negó a decir cómo respondería. El exprimer ministro, Boris Johnson, no pudo tomar decisiones importantes tras anunciar en julio que dimitiría.
Truss, quien ganó la contienda del Partido Conservador para reemplazar a Johnson como líder, se negó a anunciar sus planes antes de asumir el cargo.
La primera ministra, una conservadora del libre mercado, ha dicho que prefiere los recortes de impuestos a las dádivas, pero la magnitud de la crisis la ha obligado a actuar.
Crisis energética
La invasión de Ucrania ha provocado una crisis energética en toda Europa. Rusia cortó el suministro de gas natural barato del que dependió el continente durante años para operar fábricas, generar electricidad y calentar hogares.
Gran Bretaña importa la mayor parte de su gas natural, aunque en gran parte de Noruega, no Rusia, por lo que es vulnerable a los cambios en los precios globales.
Ante esto, Reino Unido ha aumentado drásticamente la cantidad de energía generada por la energía eólica en los últimos años y planea construir más centrales nucleares.
En este contexto, Truss dijo que emitiría muchas más licencias para la perforación en el Mar del Norte y pondría fin a la prohibición del fracking en Gran Bretaña.
Ambas medidas serán condenadas por los ambientalistas, a quienes les preocupa que Truss pueda dar marcha atrás en el compromiso legalmente vinculante de Reino Unido de reducir las emisiones de carbono a cero neto para 2050.
Gran Bretaña suspendió el fracking en noviembre de 2019, diciendo que no era posible predecir con precisión los temblores asociados con la perforación.
Truss dice que apoya el compromiso de cero neto, pero no debería tener un costo enorme para las personas y las empresa.
Liz Truss asumió el cargo como primera ministra el martes tras una audiencia con la reina Isabel II.