El nuevo presidente de Sri Lanka, Ranil Wickremesinghe, asumió sus funciones este jueves en una discreta ceremonia en el Parlamento y, según responsables, ya está trabajando para formar un Gobierno de unidad que permita superar la grave crisis económica.
Wickremesinghe, seis veces primer ministro de Sri Lanka, fue elegido presidente la víspera por el Parlamento, donde obtuvo una abrumadora mayoría para sustituir a Gotabaya Rajapaksa, quien renunció la semana pasada tras huir del país en medio de protestas.
El veterano político, de 73 años, completará el mandato de Rajapaksa, que termina en noviembre de 2024, asume un país en bancarrota que negocia un plan de rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y cuyos 22 millones de habitantes enfrentan graves carencias de alimento, combustible y medicamento.
El nuevo presidente prestó juramento en una ceremonia altamente custodiada en la sede del Parlamento, en presencia del jefe de la policía y los altos mando del ejército.
Fuentes oficiales dijeron que el nuevo gobernante formará rápidamente un Gabinete para intentar sacar al país de su peor crisis económica desde que se independizó de Gran Bretaña.
Se espera que el Gabinete de Wickremesinghe incluya a varios legisladores de la oposición. El líder de la oposición, Sajith Premadasa, que había apoyado a un candidato rival en la votación del miércoles, dijo que se había reunido con Wickremesinghe para discutir cómo proteger al país de más “miseria y catástrofes”.
“Nosotros, como oposición, ofreceremos nuestro apoyo constructivo a los esfuerzos para aliviar el sufrimiento humano”, publicó Premadasa.
Amigo del pueblo
Una de las prioridades del nuevo Gobierno es proseguir las conversaciones de rescate con el FMI y reestructurar su insostenible deuda externa.
La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) culpó de la crisis financiera de Sri Lanka a las inversiones chinas de alto endeudamiento.
“Los chinos tienen mucho peso y pueden argumentar muy bien sus inversiones”, dijo el jefe de la CIA, Bill Burns, en el Foro de Seguridad de Aspen.
Asimismo, indicó que Sri Lanka había “hecho algunas apuestas realmente tontas sobre su futuro económico”, atribuyendo a esas decisiones las actuales condiciones económicas “catastróficas”.