Reino Unido declaró “Día de la libertad” (Freedom Day) para Inglaterra y puso fin a todas las restricciones vividas durante la pandemia, en todos los ámbitos de la vida social: desde la distancia entre personas al uso obligado de mascarilla, en medio de un aumento de contagios generalizado en el mundo.
Coincidiendo además con una fecha tan esperada, a partir de hoy los británicos que estén completamente inmunizados y hayan recibido la segunda dosis de la vacuna 14 días antes de emprender el viaje, pueden volar a destinos en ámbar sin tener que sufrir cuarentena a su regreso a Inglaterra. Eso sí, tienen que cumplir con un estricto sistema de test que encarece el viaje, pero al menos desaparece la traba de la cuarentena para viajar a muchos de sus destinos favoritos, como España.
El primer ministro Boris Johnson inició esta nueva etapa aislado tras haber estado en contacto con su ministro de Sanidad, Sajid Javid, que dio positivo al COVID-19.
Salas de espectáculos y estadios reabrieron a plena capacidad, las discotecas volvieron a funcionar, la distancia social y el uso de la mascarilla ya no son obligatorios, aunque se recomiendan en transportes y comercios y se exigen en el transporte de Londres.
Boris Johnson se limitó a pedir “prudencia” y desoyó los ruegos de un grupo de influyentes científicos internacionales que advirtieron del “riesgo de socavar los esfuerzos de control de la pandemia no solo en el Reino Unido, sino en otros países”.
Reino Unido es de los países más enlutados de Europa por la pandemia, con 128 mil 700 muertos, y registra el mayor número de contagios diarios en el continente. Actualmente, son más de 50 mil, pero el gobierno considera que pueden llegar a 100 mil durante el verano boreal.
El número de decesos está contenido (unos 40 por día) pero aumenta, lo mismo que las hospitalizaciones.