Este viernes se dio a conocer un video en el que se muestra la golpiza que oficiales penitenciarios de la prisión estatal Marcy Correctional Facility, en el condado de Oneida, en Nueva York, propinaron al recluso Robert Brooks, el pasado 9 de diciembre.
Brooks, de 43 años, fue declarado muerto en un hospital un día después de la agresión.
Las imágenes, dadas a conocer por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, provienen de la cámara corporal de uno de los uniformados y muestran a varios de ellos golpeando repetidamente a Brooks en la cara y la ingle mientras está esposado en una mesa de reconocimiento médico.
“Estos videos son impactantes y perturbadores y recomiendo a todos que tengan el debido cuidado antes de decidir verlos”, dijo la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
Aunque los resultados finales de la autopsia de Brooks aún están pendientes, un examen médico preliminar indica que falleció por “asfixia debido a la compresión del cuello como causa de la muerte, así como que la muerte se debió a las acciones de otra persona”, según los documentos judiciales.
Letitia James dijo que su oficina investiga el uso de la fuerza que llevó a la muerte de Brooks, pero no indicó si alguno de los oficiales sería acusado de algún delito.
Reacciones ante las imágenes
Con la publicación de estas imágenes, “el público ahora puede ver por sí mismo la naturaleza horrible y extrema del ataque mortal a Robert L. Brooks”, expresó Elizabeth Mazul abogada de la familia de la víctima.
“Como los espectadores pueden ver, el Sr. Brooks fue golpeado fatal y violentamente por un grupo de oficiales cuyo trabajo era mantenerlo a salvo. Merecía vivir, y todos los demás que viven en el Centro Correccional Marcy merecen saber que no tienen que vivir con miedo a la violencia a manos del personal de la prisión”, agregó.
El sindicato de funcionarios de prisiones estatales, la Asociación Benevolente de Oficiales Correccionales y Policías del Estado de Nueva York, quienes vieron las imágenes de la agresión antes de su publicación, dijeron en un comunicado que “este incidente no solo pone en peligro a todos nuestros miembros, sino que socava la integridad de nuestra profesión. No podemos ni vamos a tolerar este comportamiento”.
Brooks cumplía una sentencia de 12 años de prisión por agresión en primer grado desde 2017. Había llegado al Centro Correccional Marcy solo horas antes de la paliza, después de ser transferido desde otra prisión estatal cercana.