En Estados Unidos son comunes los robos de salarios a trabajadores indocumentados, quienes por su condición migratoria son más vulnerables.
Un análisis del centro por la integridad pública, del Departamento del Trabajo, destaca que algunos empleadores no pagan ni el salario mínimo, tampoco horas extras y los migrantes no pueden afiliarse a un sindicato, pero sí pagan impuestos.
Son esos trabajadores, quienes sufren el segundo promedio más alto de violaciones a las leyes salariales en los últimos 15 años.
El salario mínimo varía en cada uno de los 50 estados. En California es de 12 dólares la hora, pero no siempre es respetado por el empleador.
Aquí el trabajo depende como tú te muevas, mientras más te muevas, más dinero más te entra”, dijo un obrero de la construcción.
La ley establece jornadas de 40 horas semanales, pero los migrantes son obligados a trabajar más tiempo en la confección de ropa, en el sector servicios, en hoteles y restaurantes, en la limpieza de hospitales, en la construcción, la agricultura y procesadoras de carne.
La principal central obrera del país AFL-CIO y el gobierno del presidente, Joe Biden, dicen abogar por sus derechos.
El presidente cree en los derechos colectivos, en los derechos laborales y en el papel de los sindicatos. Son muy importantes para nuestro país”, aseguró Jen Psaki, vocera de la Casa Blanca.
Fundada por el líder chicano, César Chávez, la Unión de Trabajadores Agrícolas busca que el estado de California reconozca los derechos laborales de todos los migrantes, tengan o no documentos.