El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue justificando la aplicación unilateral de aranceles a productos de casi 200 países, pese a la incertidumbre que provoca en los mercados mundiales.
Además, advirtió que no habrá pausa en la medida proteccionista, aunque se dijo dispuesto a alcanzar acuerdos justos con algunos de ellos.
“No nos estamos fijando en eso. Hay muchísimos países que vienen a negociar acuerdos con nosotros, y serán acuerdos justos. Y en ciertos casos, pagarán aranceles sustanciales”, detalló Trump
En una disputa directa con China, Trump advirtió que aplicará tarifas adicionales de 50% a los productos chinos a partir del miércoles 9 de abril, si el gobierno de Beijing no retira, a más tardar este martes, los aranceles recíprocos de 34% que impuso a mercancías estadounidenses.
Trump suspendió las negociaciones con China, pero ya conversó con el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, quien le pidió que reconsidere el arancel del 24% que le impuso.
“Tuvimos una buena plática y le dije: ‘tienen que abrir su país, porque no vemos autos de Estados Unidos en Japón y ellos venden millones en nuestro país’”, comentó el Presidente de Estados Unidos al respecto.
Por su parte, el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, detalló que “le explicamos claramente que nuestro país no ha hecho nada injusto a Estados Unidos”.
La Unión Europea (UE), bloque también afectado por los aranceles, anticipó tarifas del 10 y 25% a productos estadounidenses a partir del 16 de mayo; pero al mismo tiempo, ofreció negociar.
En ese sentido, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Layen, apuntó que están dispuestos a negociar con Estados Unidos y han ofrecido aranceles cero para los productos industriales, “porque Europa siempre está dispuesta a aceptar un buen acuerdo”, enfatizó.
De igual manera, el Gobierno ruso acusó a Trump de socavar la estabilidad económica mundial con su política arancelaria proteccionista, y Canadá advirtió, como lo han hecho organismos financieros mundiales, que los aranceles estadounidenses se traducirán en una recesión en la propia Unión Americana.
“No me alegra que una recesión se haga más probable, tendrá efectos significativos en la economía canadiense. Es muy difícil para nosotros evitarlo”, apuntó el primer ministro de Canadá, Mark Carney.