Boletos gratis para los partidos, alcohol, fiesta todo el tiempo e incluso protección, son algunos de los ganchos con los que los porros atraen a nuevos integrantes a sus filas.
En muchos casos, los grupos porriles se van nutriendo con menores de edad, quienes aceptan integrarse ante la posibilidad de convivir con jóvenes de entre 18 y 20 años, es decir, un poco mayores a ellos.
Y sí, es común que este tipo de grupos se hagan pasar como grupos culturales, deportivos o con otra finalidad, al interior de las instituciones educativas.
“Nosotros disfrazamos eso como un grupo cultural deportivo, hacíamos talleres dentro de la escuela, enseñábamos a tocar guitarra, enseñábamos matemáticas, íbamos a los partidos […] era como dentro del horario escolar, porque salíamos de la escuela y eran fiestas miércoles, jueves, viernes. Y eran fiestas muy grandes, donde acudían que al menos 5 mil personas”, indicó una exlideresa del grupo porril Bohemios Prepa 3.
Violencia, el sello distintivo
Pero no todo es fiesta, pues el sello distintivo de los porros es la violencia, una situación que llegó a causar miedo, incluso entre los propios integrantes de este tipo de grupos.
“Me tocó ver muchas cosas… cómo a personas les caían los petardos en la cara, piedrazos, cómo se quedan convulsionando, que son golpeados. Entonces, hasta cierto, punto también llegué a tener miedo”, contó un exintegrante del grupo porril 6 de marzo, Colbach 9.
Algunos exintegrantes entrevistados por Once Noticias, han revelado que cuando alguno de los porros no asistía a los ataques o enfrentamientos, eran castigados. Lo que hacían era formarlos en hileras y golpeados con un cinturón.
La consigna es clara: “ser violento”. Con esto se demuestra el poder de cada grupo porril y, además, le permite a cada uno de los integrantes “ganarse su playera”. Y es estos jerseys son, además de trofeos, símbolos de identidad.
“Normalmente cada Jersey es un año. O sea, son diferentes, aunque parezcan iguales son diferentes, cada Jersey significa un año de haber estado dentro de la sociedad y no a cualquiera se le da, uno se lo tienen que ganar”, indicó la exlideresa del grupo porril Bohemios Prepa 3.
Autoridades omisas ante grupos porriles
A pesar de que están perfectamente identificados, las autoridades universitarias han sido omisas en el combate a estos grupos violentos, así lo considera Imanol Ordorika, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Han sido completamente omisas históricamente. En un principio protegían a los grupos de porros abiertamente y de manera decidida desde la Autoridad Central de la Universidad, en otros momentos, les han generado también problemas, pero no hay una decisión clara de enfrentarlos”, señala Ordorika.
Especialistas han señalado, incluso, que los acuerdos que hay entre las autoridades escolares y los líderes de grupos porriles, les impiden combatirlos; acuerdos que se dan únicamente con los dirigentes.
Hugo Sánchez Gudiño, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, señala que la solución requiere de voluntad política de las autoridades universitarias para acabar con 100 años de existencia de los porros.
“La solución sería que hubiera voluntad política para quitarlos del mapa y que además hubiera estrategias de seguridad y de combate esos grupos, pero como decimos en esta hipótesis, que hay una complicidad y que esos grupos son funcionales al gobierno, a ciertas autoridades universitarias, pues mientras te sean funcionales y útiles, pues vas a seguir usándolos”, sentenció.
Finalmente, Imanol Ordorika señaló que las autoridades deberían asumir su responsabilidad de una manera no demagógica y trabajar para erradicar la violencia, sin embargo, dijo, están más preocupadas en defender sus prebendas y la continuidad de los grupos de poder, que resolver los problemas de la UNAM.