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CNB hace público el Módulo de Fosas Comunes 

La CNB creó en 2020 el MFC, una base de datos en la que se concentra y homologa información que detentan los panteones sobre cuerpos y restos inhumados en fosas comunes. 

La Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) hizo público el Módulo de Fosas Comunes, una base de datos sobre inhumaciones en fosas comunes que compila información desde 2022 y confronta con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), para producir indicios de localización. 

La CNB dio a conocer que todos los detalles del Módulo de Fosas Comunes se pueden conocer en https://comisionacionaldebusqueda.gob.mx/modulo-de-fosas-comunes/ y que el archivo será actualizado de manera trimestral. 

¿Qué es el Módulo de Fosas Comunes (MFC)? 

 
La CNB creó en 2020 el MFC, una base de datos en la que se concentra y homologa información que detentan los panteones sobre cuerpos y restos inhumados en fosas comunes.  

La utilidad principal del MFC es confrontarlo masiva y periódicamente con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) para advertir coincidencias, que son llamadas “posibles positivos”. 

Los posibles positivos son sometidos a una primera evaluación en CNB tendiente a depurar falsos positivos (por ejemplo, homónimos), y los que resisten se convierten en indicios de localización que se investigan coordinadamente con autoridades locales.  

El MFC está en continua integración y actualización. La información que contiene es producto de la sistematización de los registros físicos y/o la homologación de los registros digitales de inhumación y exhumación en fosas comunes de los propios panteones. Los datos contenidos en el MFC heredan las características y limitaciones de la fuente de la que provienen. 

El MFC se alimenta extrayendo y homologando la información disponible en bitácoras, libros, expedientes, carpetas y bases de datos, y no mediante inspecciones o intervenciones arqueológicas en las fosas comunes. Esto implica, por ejemplo, que donde el servicio de fosa común se ha prestado durante décadas y las prácticas de baja documental han purgado documentación, el MFC (al igual que el panteón) no tendría ninguna información anterior a la última depuración. 

También implica que en panteones cuyas administraciones no registran ni resguardan ningún documento referente a las maniobras en su fosa común, el MFC no tendrá información. Una tercera implicación es que si el panteón omite llevar un registro de exhumaciones o reinhumaciones, la información del MFC estará desactualizada en relación a la realidad física de las fosas comunes.  

Otras autoridades, especialmente las que recurren al servicio de fosa común como procuradurías o instituciones asistenciales, pueden tener registros o documentación relativos a los cuerpos y restos que han remitido, pero la normativa del MFC no contempla la integración de esas fuentes alternativas. Esto puede generar variaciones entre las cifras reportadas por distintas instituciones usuarias de la fosa común y el MFC. 

La CNB concentra y homologa en el MFC información extraída de los documentos físicos y digitales que producen y resguardan los propios panteones. En consecuencia, no asume responsabilidad en torno a la exactitud de esa información, ni de su continua actualización. La responsabilidad legal de suministrar información para la integración del MFC recae sobre las administraciones de los panteones (párrafo 353 del PHB).  

A pesar de ello, la escasez de recursos humanos y tecnológicos ha hecho necesario que las comisiones de búsqueda brinden apoyo técnico a panteones para la extracción y/o homologación de sus datos. Esto es un proceso intensivo en recursos humanos que requiere la presencia física de personal en las oficinas de los panteones durante periodos prolongados, y cuya programación prioriza los panteones con mayor número reportado de inhumaciones.  

Cuando se opta por implementar este mecanismo de apoyo técnico, se deja en los panteones la base de datos resultante y se solicita a la administración el envío periódico de actualizaciones. La omisión o retraso por parte de los panteones de suministrar dichas actualizaciones ocasiona que la información en el MFC pueda corresponder al momento en que culminó la intervención de las comisiones de búsqueda, y por tanto no refleje maniobras posteriores de inhumación y exhumación. 

Es importante advertir que en las fosas comunes no solamente se inhuman cuerpos provenientes de Servicios Médico Forenses, sino también material biológico de personas que pueden seguir con vida (miembros amputados, por ejemplo), fetos, cuerpos de personas que fallecieron en instituciones de asistencia social, personas de escasos recursos a solicitud de sus familias, entre otros.  

El MFC registra todo tipo de entidades inhumadas en la fosa común, independientemente de su procedencia y de si corresponden a un cuerpo completo o a un fragmento, o si pertenecen a un individuo con o sin vida. Esto ocasiona que el número de cuerpos enviados por las autoridades de procuración de justicia a la fosa común difiera del número de cuerpos inhumados, y que el conteo de personas difiera del conteo de entidades inhumadas. Es preciso aclarar que la información de la que dispone el panteón no siempre es suficiente para dirimir de qué tipo de entidad se trata. 

Resulta indispensable enfatizar que la información que tienen los panteones y se captura en el MFC puede ser errónea o estar desactualizada, y que incluso cuando es precisa resulta insuficiente para establecer con certeza que una persona inhumada en la fosa común es la persona desaparecida.  

La coincidencia de datos como nombre, fechas y edad es un indicio de localización que necesariamente debe dar lugar a una investigación complementaria en la que se busca establecer científicamente que se trata de la misma persona, o bien descartarlo. 

Adicionalmente, el registro de inhumaciones del panteón puede no reflejar con precisión la posición del cuerpo o los restos en las fosas comunes. Por último, la recuperación de los cuerpos y restos de fosas comunes es compleja y requiere de un enfoque masivo, en el que no sólo se exhuman los restos de una persona sino el conjunto de la fosa, resguardando de forma individualizada lo que todavía no haya sido reclamado, evitando maniobras innecesarias y facilitando procesos posteriores de identificación y restitución.  

Esta complejidad, en particular en panteones con registros deficientes, prácticas de resguardo inadecuadas y fosas comunes históricamente sobrepobladas, puede generar dificultades considerables en la recuperación y restitución. 

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