La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) rindió un homenaje póstumo a la activista social Rosario Ibarra de Piedra, fundadora del Comité ¡Eureka!, fallecida el pasado 19 de abril en Monterrey, Nuevo León.
Entre las participantes estuvo la escritora Elena Poniatowska, quien dedicó unas palabras a su entrañable amiga.
“Quién es esta madre coraje de pequeña estatura que se enfrenta al poder del Gobierno mexicano y al ejército y grita públicamente que se juzgue a su hijo si hizo algo, pero que no se le desaparezca”, mencionó Elena Poniatowska Amor, escritora.
Concepción Ávila González, integrante del Comité ¡Eureka! recordó su lucha junto a doña Rosario Ibarra para buscar a sus desaparecidos.
“Nunca le dio la espalda a quien le solicitó apoyo o protección, la dignidad siempre la acompaño y jamás se quebró ante los responsables de ese crimen atroz, llamado desaparición forzada, cuando acudíamos a reclamar a los nuestros”, señaló Ávila González.
El presbítero Jesús Ramos Muñoz citó al juglar y cantautor Guillermo Velázquez, quien en 2007 compuso un son en el que delineaba el perfil de doña Rosario Ibarra de Piedra.
“Lo que la mueve es amor, esa es su arma poderosa, no hay en ella otro fulgor que el de una madre amorosa. Asumió conscientemente que, aunque el alma le taladre su íntimo amor de madre no es el de ella solamente”, refirió Ramos Muñoz.
La presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, hija de la activista, llamó a terminar con el laberinto de corrupción e impunidad que enfrentan los familiares de personas desaparecidas en nuestro país.
Con motivo del homenaje, fue develada en la CNDH, una placa conmemorativa en recuerdo de la vida y obra de Rosario Ibarra de Piedra.