El huracán “Otis” derribó palmeras, árboles, negocios. Dejó en penumbras a Acapulco, causó caos y saqueos. Sin embargo, Acapulco sabe recuperarse, sabe bien que no es la primera, ni podría ser la última vez que pase.
Las pérdidas económicas son incalculables, hablar de una cifra ante la magnitud del daño de la naturaleza es imposible.
Los días aún son difíciles, sin agua, víveres escasos, casas con arena que alcanza los dos metros de altura en las partes altas.
Pero lo que importa hoy, tras el caos, es poner a Acapulco de pie, por ello los mismos pobladores y los dueños de negocios buscan reactivar el puerto; demostrar que no están caídos.
Once Noticias recorrió algunos negocios en la costera Miguel Alemán para corroborar que esto no es el fin del Puerto de María Bonita.
“Que no vean un Acapulco, que está terminando, no es el fin de lo que es Acapulco, Acapulco vamos a salir adelante, con la ayuda de todos ustedes. Que nos apoyen para que se levante otra vez el puerto, que aquí se va a hacer todo el esfuerzo de todos los colaboradores de todos los hoteles, de los centros de negocios que tienen la iniciativa de nuevo de volver a darle vida a Acapulco”, dijo un comerciante de Acapulco.
De a poco, aún muy pocos, es cierto, los dueños de locales ya regresan para atraer de manera próxima a turistas de todo el mundo.
“Que el turismo vea que estamos de pie, somos gente de lucha, de trabajo, no nos dejamos vencer fácilmente, si el huracán vino con todo, nosotros vamos con lo más grande, sacar a Acapulco adelante”, agregó Sara Zamudio, habitante de Acapulco.
Vuelven para regresar la imagen del puerto a aquellas noches de fiesta y baile.
“Empieza a dar esperanza, está situación y pues esperemos que en cuestión de un mes, dos meses pues ya estemos completamente como nuevos para darle esa atención a nuestros turistas y a los visitantes que vienen tanto de la República como de fuera de la República”, puntualizó Manuel Reyes, dueño de negocio.