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Conoce las travesías del Buque Escuela Cuauhtémoc… de misión en misión por el mundo

Un gigante de 90.5 metros de eslora, es decir de extremo a extremo, y 12 metros de ancho, o de manga en términos marineros.

Se trata del Buque Escuela Cuauhtémoc, conocido como “Embajador y Caballero de los Mares”. Fue entregado a la Armada de México en 1982.

Es la embarcación insignia de la Armada de México, un gigante de 90.5 metros de eslora, es decir de extremo a extremo, y 12 metros de ancho, o de manga en términos marineros.

Sus travesías por los océanos del mundo suman 44, cada una representa el premio a generaciones de cadetes que culminan su instrucción en la Escuela Naval Militar, y esta es otra de sus misiones.

“Ser un buque embajador, que lleva consigo el mensaje de paz y buena voluntad del pueblo de México hacia cada uno de los países que visitamos”, dijo el comandante, Víctor Hugo Molina.

El Cuauhtémoc recuerda los viejos barcos de aventuras de mercaderes, piratas y conquistadores.

La imponente figura del Tlatoani mexica está incrustada en el mascarón del barco, y es también pretexto para la nostalgia, la primera maestre Silvia Cervantes, una de las navegantes más experimentadas de México, dice que una mujer visitó el buque los 10 días que permaneció en el puerto de Rouen, en Francia.

Foto: Armada de México

“Un día le pregunté qué le parecía, porque yo la veía todos los días y me dijo ‘la verdad es que desde aquí, desde este pedazo de México, que es mi corazón, puedo ver a través de ellos mi pueblo de una manera más bonita’. Para mí fue muy bonito que siendo una persona extranjera, quisiera tanto las cubiertas, quisiera tanto a mi país”, comentó Cervantes.

Una misión en tres frentes: educar, tejer lazos de amistad y poner en alto el nombre de México.

El año pasado el buque ganó por cuarta ocasión la Tetera de Boston, donde participan escuelas navales de todo el mundo, los cadetes navegan la mayor distancia solo con la ayuda del viento.

“Fueron 125 horas navegando a pura vela, mil 170 millas náuticas, vale la pena el esfuerzo, ya que llevamos a lo más alto a nuestro país en un premio internacional”, narró el tercer maestre de servicio, José Alberto Cisneros.

Para ello la disciplina es fundamental, en el buque todo opera con precisión milimétrica.

El mecanismo del cuarto de máquinas, que controla el motor propulsor, las unidades de aire acondicionado y la planta frigorífica.

Y el buque nunca viaja solo. Los marinos y cadetes dicen que los delfines son de buena suerte, a inicios de año el buque fue reparado en los astilleros de la Marina en Oaxaca, y ya está listo para su nueva travesía.

El barco se desplaza a una velocidad de 8 nudos, es decir aproximadamente 16 kilómetros por hora. Próximo destino, Acapulco.

El 6 de abril zarpará de este punto hacia Jamaica, con 156 tripulantes y 150 cadetes a bordo visitará 14 países en un periodo de ochos meses para retornar a México el 16 de diciembre como hasta hoy, espera que soplen buenos vientos.

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