La semana pasada, el Ejecutivo Federal envió al Congreso, su propuesta de reforma electoral con la que pretende que las elecciones sean limpias y libres.
La idea del Gobierno Federal sería transformar al Instituto Nacional Electoral (INE) en el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, eliminar los legisladores plurinominales, desaparecer los Organismos Públicos Locales (OPLES) y reducir el financiamiento a partidos políticos.
Sin mayoría calificada, no hay reforma
Once Noticias conversó con Efraín Martínez Figueroa, consultor político, quien prevé que no hay condiciones legislativas para que avance la reforma.
“Para que la propuesta del Presidente sea aprobada, necesita de mayoría calificada, pero Morena y sus aliados no la tienen en la Cámara de Diputados ni en el Senado de la República”, remarca Martínez.
Señala que una de las razones para no materializar la propuesta se debe a la polarización política que existe en el país.
El estratega político añade que dentro del planteamiento está la desaparición de las ‘plurinominales’, factor que afectaría a partidos minoritarios. Y recuerda que, de conformidad con la ‘reforma del 77’, que fue para darle oportunidad y voz a las minorías en el país, se estarían eliminando estas voces.
“Esta propuesta puede ser utilizada como un distractor. Hay grandes problemas en el país como la inseguridad, los feminicidios, a lo largo y ancho de México, el de la economía, incremento de la inflación”, aseveró.
Martínez Figueroa señala que si se aprobara la iniciativa se concentraría “el poder”, rumbo a las elecciones de 2024.
“El fondo es la concentración del poder, quiere tener al INE en su poder y gracias al INE, él es presidente de la República y Morena ha llegado a los distintos estados de la República, gracias al INE y a los organismos públicos locales que han hecho su trabajo de manera profesional, siempre cumpliendo y garantizando, la democracia, el acceso al poder y con reglas claras”, opina.
¿Cómo podría beneficiar esta reforma? Se le cuestiona al especialista, quien asume que uno de esos puntos positivos sería el “gasto ordinario de los partidos políticos”, una propuesta que, a su parecer, él mismo ya habría planteado con mucha antelación.
Esa propuesta tendría que ver con que los partidos políticos deberían tener presupuesto público y la posibilidad de aportaciones privadas como lo señala la ley.
Para ello, deberían suspenderse las prerrogativas o presupuesto destinados a gastos ordinarios durante el periodo donde no haya elecciones o todavía no inicie el proceso electoral. Es decir, si éste comienza en septiembre del año previo al proceso electoral, a partir de ahí, se puedan administrar los recursos públicos destinados a los partidos políticos, pero no previamente. O sea, suspenderlos con anterioridad porque ese dinero se puede destinar a otros rubros, “y eso es un modelo de los países democráticos”.
“Esa propuesta del gasto ordinario, hay que analizarla, debatirla, ir a fondo para ver si es viable, si en el debate se pueden adicionar algunas otras cosas o reformar aspectos que no están considerados dentro de la propuesta (de AMLO)”.