Haber favorecido a empresas privadas mientras estuvo en la Presidencia de la República, ha sido un gran negocio para el exmandatario Ernesto Zedillo Ponce de León, quien apenas dejó la Presidencia empezó a recibir ingresos millonarios de las empresas favorecidas.
Se estima que desde el año 2000, ha sumado al menos 10 millones de dólares, lo mismo como empleado de Citigroup, aún propietario de Banamex, de Alcoa, Proter and Gamble y de las empresas Union Pacific y Kansas City Suthern de México, que recibieron concesiones durante el proceso de privatización de los ferrocarriles nacionales, al inicio de su sexenio.
Los periodistas Víctor Hugo Michel y Jesús Rangel, de Milenio, investigaron las percepciones de Zedillo en la iniciativa privada, particularmente de Estados Unidos.
Los ingresos del expresidente superan los 9 millones de pesos que ganó como Presidente de México, con un salario mensual de 124 mil pesos.
Haciendo el comparativo con lo que ganaba como presidente de la república, realmente Ernesto Zedillo en esta fase de su vida le ha ido muy bien en términos económicos’’, afirmó Víctor Hugo Michel, director de información de Grupo Milenio.
“Estamos hablando de una cifra que ascendería por ahí de los 10, como tú dices, 11, 12 millones de dólares, porque también debemos tomar en cuenta que él formo parte del consejo directivo de Union Pacífic y ahí probablemente también tuvo muy buenos ingresos’’, agregó.
Banamex fue adquirido en 1991 por Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú, durante la presidencia de Carlos Salinas, que revirtió la nacionalización de la banca, que llevó a cabo José López Portillo.
Al estallar la crisis de 1994, ya con Ernesto Zedillo en la presidencia, Banamex recibió 40 mil millones de pesos para sanear sus finanzas, como parte del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) un programa de rescate para los bancos, con dinero de los mexicanos.
Después, con Vicente Fox como presidente y en un negocio millonario, Banamex fue adquirido por Citigroup, una de las mayores empresas de servicios financieros del mundo, con sede en Nueva York.
Fox perdonó el pago de más de 15 mil millones de dólares a la hacienda pública por dicha operación.
Cabría preguntarse y es un tema que obviamente no es público, si el expresidente tuvo voz o recomendación alguna en la decisión de Citigroup de dejar a México’’, consideró Víctor Hugo Michel.
Ya si Zedillo fue premiado o beneficiado por Citigroup al apoyo o en agradecimiento de lo que hizo en su sexenio, eso ya lo dejo en materia del análisis de los columnistas.
Es verdad que Ernesto Zedillo, candidato emergente del PRI tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, tomó posesión en medio de un ambiente político turbulento, pero lo que vendría en materia económica se considera la peor crisis del México moderno.
Economía en su sexenio
Las dolorosas medidas que Zedillo llevó a cabo provocaron la pérdida de cientos de miles de empleos, miles de empresas desaparecieron y los mexicanos recibieron el golpe más devastador a su bolsillo en la época reciente.
El dólar pasó de 3.50 a 7.40 pesos en octubre de 1995, derivado del “efecto tequila”, conocido también como el “error de diciembre”.
La inflación que tenemos ahorita, por ejemplo, que ha llegado a un máximo de 6 por ciento en este año, imagínate que tenías inflaciones de 20, 30, 40% o hasta 80%’’, comentó el periodista José Manuel Martínez.
Una gran parte de los deudores perdió todo lo que había invertido, porque no pudieron pagar sus deudas, porque se triplicaron.
Versiones periodísticas coinciden en que Ernesto Zedillo alertó a un grupo de empresarios de la devaluación que se avecinaba, en consecuencia, las reservas nacionales fueron saqueadas sin escrúpulos.
En diciembre de 1994, las reservas internacionales del país eran de 12 mil 510 millones de dólares, dos meses después se redujeron a 3 mil 480 millones, de acuerdo con el Banco de México.
Zedillo dijo que actuó con responsabilidad y que nunca lamentaría las acciones que llevó a cabo.
Era mi deber actuar con toda decisión para enfrentar la emergencia. Así se hizo y nunca lo lamentaré’’, dijo el entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
Su sexenio también será recordado como uno de los más atroces en materia de violación a los derechos humanos las masacres de Aguas Blancas, Guerrero y Acteal, en Chiapas, en las que al menos 62 personas fueron asesinadas por paramilitares y presuntos policías estatales, son su sello de sangre.