Inaugurado en 1910 y sometido a diversas restauraciones desde entonces, el Monumento a la Independencia es, con certeza, uno de los espacios más emblemáticos de México.
Popularmente conocido como “Ángel de la Independencia“, la obra del arquitecto Antonio Rivas Mercado está constituida por una columna de 36 metros de altura sobre la que se encuentra la imagen de la ‘Victoria Alada’ de Samotracia, la diosa griega de la victoria.
En entrevista para Once Noticias, el maestro en Gestión del Patrimonio Cultural por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jesús Mendoza Mejía, explicó que el Monumento a la Independencia busca representar a los héroes patrios desde una tradición grecolatina.
“Conmemora, glorifica y reconoce a los héroes patrios desde esta tradición grecolatina, por eso si hacemos un acercamiento, vemos en su mano una corona de laurel, que es símbolo de victoria, así como en la antigua Grecia se coronaba a los participantes en las olimpiadas”, explicó Mendoza Mejía.
En la otra mano, detalló el también gestor intercultural, encontramos una cadena rota de tres eslabones, que refiere a los tres siglos de dominio de España en México.
Porfirio Díaz fue el presidente que conmemoró los 100 años de Independencia de México través del Monumento, mismo que cuenta con un mirador privilegiado al que se puede acceden luego de subir 200 escalones.
“Es interesante recordar que en Ciudad de México no sólo estamos en una zona sísmica, sino pantanosa, inclusive podemos comparar algunas fotografías de cuando el Monumento fue inaugurado y ahora, y vamos a ver cómo han crecido las escalinatas, porque antes estaba casi al ras el suelo”, detalló el experto.
Sismo de 1957 en Ciudad de México
La madrugada del 28 de julio de 1957 a las 02:45 se registró un sismo de 7.8 grados Richter en la capital del país. El fenómeno provocó la caída de la victoria alada que coronaba el Monumento a la Independencia, fragmentándose en seis bloques principales.
Algunas piezas fueron soldadas y restauradas por el escultor José María Fernández Urbina, para que casi un año después del suceso, en 1958, el Monumento fuera reinaugurado por el presidente Adolfo Ruiz Cortines.
“Es a partir de esas fechas que comienzan a revisar los posibles daños estructurales que tiene la columna, y notaron que era necesario hacer un refuerzo para que, en caso de un temblor, la estructura se moviera conjuntamente”, mencionó Mendoza Mejía.
En la antigua casa de los Condes de Heras y Soto (hoy Archivo Histórico de la Ciudad de México) en la esquina de Donceles y República de Chile, descansa parte de la cabeza parcialmente deformada y aplastada por el golpe mortal que recibió durante el sismo.
El 19 de septiembre de 1985, otro sismo sacudió a la Ciudad de México, esta vez de magnitud 8.1 grados. En el Paseo de la Reforma, la columna de la Independencia resistió, pero el Hotel Continental, en la esquina de este Paseo con la calle de Roma, fue seriamente afectado; el Cine Roble tuvo grandes daños en su estructura, el Hotel Reforma quedó muy dañado y la vida misma, tanto de ese espacio lleno ya de rascacielos como de los habitantes de la ciudad, se trastocó en todos los sentidos.
Mendoza Mejía detalló que el Monumento es también un mausoleo donde yacen restos de algunos héroes de la Independencia, durante las ceremonias por el bicentenario de este movimiento, las urnas con los restos fueron retiradas temporalmente para ponerlas en exhibición y rendirles honores durante 2010 y 2011.
Geografía peculiar del Monumento a la Independencia
El Monumento es utilizado como punto de reunión de movimientos sociales y políticos, así como ser telón de fondo por excelencia para espectáculos artísticos, automovilísticos, civiles o militares, aunque en sus inicios, su geografía no era tan concurrida.
“Es importante recordar que en 1910 toda esa zona estaba empezando a construirse, las colonias cercanas al Monumento a penas se estaban poblando, no había muchos edificios, era un espacio abandonado”, dijo el especialista.
El “Ángel de la Independencia”, un espacio de encuentro
Mendoza Mejía resaltó cómo el espacio del Monumento se ha constituido a través de los años como un espacio de encuentro, que pese a estar en remodelación, como es el caso actual, no deja de ser visitado.
“Es un espacio muy pequeño, realmente no hay un sitio en el que puedas convivir y aparte estás en medio del tránsito, inclusive para llegar peatonalmente es complicado, lo que demuestra cómo los procesos de significación van configurándose a lo largo del tiempo”, señaló el universitario.
La imagen del “Ángel” es tan relevante como símbolo no sólo de la capital del país, sino de México, que es utilizada como promotor de turismo y se han enviado réplicas del Monumento a diferentes partes del mundo.
Diversos movimientos y fenómenos sociales han dotado de significación al Monumento, lo cual, explica el especialista en Gestión del Patrimonio Cultural, hacen que sea un patrimonio vivo.
“La importancia que tiene este espacio simbólicamente, ha hecho que también se considere que cualquier acto político tiene que estar incidiendo en este espacio, es interesante reconocer esos elementos en un patrimonio, ya que eso lo hace ser un patrimonio vivo”, concluyó Mendoza Mejía.