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Personas de talla baja sufren discriminación y falta de infraestructura para acceder a servicios

Las discapacidades físicas tienen que ser protegidas, en cinco ámbitos: la salud, el empleo, la educación, la seguridad social y la procuración de justicia.

Con sólo 15 años, Bruno Rojas ya toca más de seis instrumentos, habla lengua de señas y está aprendiendo alemán. Su tiempo libre lo dedica a escribir novelas distópicas, pero también al activismo. Su lucha es visibilizar y promover el respeto a las personas de talla baja.

“Se dice tal persona sufre de una discapacidad y no, vive con una discapacidad, por qué la tenemos que sufrir, en cambio es un impulso más para saber vivir de otra manera. Saber que si bien somos diferentes, somos iguales en dignidad y derechos”, comentó el estudiante y activista, Rojas. 

Bruno nació con acondroplasia, alteración genética que causa que los huesos de la columna, el cráneo, brazos, piernas y cartílagos se desarrollen de forma diferente, es decir, más pequeños que el promedio. 

Los huesos de la columna, el cráneo, brazos, piernas y cartílagos se desarrollen de forma diferente. De acuerdo con organizaciones civiles, en México hay más de 11 mil personas que viven con esta condición. A ellas también se le conoce como personas de talla baja. 

Sin embargo, no hay cifras oficiales, pues esta población no fue considerada en el último censo de población, que realizó el Inegi en 2020. Su papá, Rodrigo, al darse cuenta de que había más personas como Bruno, decidió fundar la organización “Gran gente pequeña de México”. 

“Fue creada a partir de muchas familias y de mi nacimiento… Mi papá junto con otras personas que es el consejo directivo, deciden crear esta fundación para apoyar a toda persona que lo necesite”, agregó Rojas. 

Las burlas, el acoso escolar y la falta de empleos dignos son algunos de los principales obstáculos a los que se enfrenta esta población. 

“A veces ya ni quiero salir por el miedo, la angustia o esa ansiedad que me causan las propias miradas de las demás personas o incluso lo que dicen: que ahí va un chaparro e incluso se usa esta palabra despectiva: ahí va un enano, por todo lo que se ha creado”, añadió Rojas. 

Uno de cada 4 mexicanas o mexicanos piensan que las personas de talla baja son de poca ayuda en el trabajo, también 1 de cada 4 personas no votarían por una persona de talla baja para la Presidencia de la República”, resaltó el colaborador de Conapred, Mario Alfredo Hernández. 

Estas formas de discriminación, señalan especialistas en derechos humanos, provienen del estigma que hay contra esta población y que impide que ellas puedan vivir de forma libre y digna. 

“¿Dónde han trabajado históricamente las personas de talla baja?, pues básicamente en los espectáculos, en las ferias, en los centros de pueblo, espectáculos populares. Hay esta mirada grotesca que las considera objeto natural de burla y tiene que ver con todo el imaginario colectivo”, dijo Alfredo Hernández. 

Pero también se enfrentan a la falta de infraestructura que existe para que esta población pueda acceder a servicios de salud, transporte, bancarios, entre otros. 

“El metro, metrobús, cualquier medio de transporte hasta podría decir ni siquiera esta hecho a veces para personas de talla promedio, para personas de talla baja o con discapacidad motriz, visual, auditiva, o visual, va a ser muy difícil“, expresó Rojas. 

En 2019, la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General para la inclusión de personas con discapacidad, con la que se reconocía a la población de talla baja como personas con discapacidad física. Esto significó un avance importante para el respeto de sus derechos. 

“Pueden tener beneficios gubernamentales e incluso beneficios para el transporte público, personas con discapacidad, las leyes que conllevan a las personas con discapacidad, la no discriminación y valores que ya se tienen fundamentados”, dijo Rojas. 

Sin embargo, aún hacen falta cambios para garantizar la inclusión de todas las personas. Hoy, gracias al apoyo de su familia y de “Gran gente pequeña de México”, Bruno ha podido enfrentar la discriminación hacia las personas de tallas baja. 

“Las discapacidades físicas tienen que ser protegidas, en cinco ámbitos: la salud, el empleo, la educación, la seguridad social y la procuración de justicia”, dijo Alfredo Hernández.


 

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