El Grupo Atlacomulco es una especie de ‘clan mafioso’ que ha controlado el destino del Estado de México y no hace mucho, del país. Lo integran familias que han conservado apellido y poder al paso de los años: Montiel, Del Mazo Vélez, Peña, Hank, González, Nieto, Baranda y Colín, en el brazo político.
“Entre los Del Mazo hay asesinatos en los 50’s, en los 60’s, Enrique Peña Nieto, por ejemplo, su familia controlaba parte del tráfico de drogas. Su primo Cuitláhuac Ortíz Lugo controlaba parte del narcotráfico en el Estado de México, cuando Peña lo nombró jefe de todas las policías del Estado y un día, cuando salió de su casa, lo mataron”, dijo el escritor e historiador, Francisco Cruz Jiménez.
Decía el dramaturgo francés, Honorato de Balzac, que detrás de cada gran fortuna siempre hay un crimen. En el caso de los integrantes del grupo Atlacomulco hay muchos.
Es un clan de familias y alianzas políticas tejido desde hace 80 años mediante corruptelas, intrigas, negocios oscuros y un manto de impunidad.
Cuitláhuac Ortíz Lugo, primo político del expresidente Enrique Peña Nieto, fue asesinado en julio de 2009 presuntamente en un ajuste de cuentas del grupo delictivo denominado ‘familia michoacana’.
“Ellos tenían una rama que controlaba el narcotráfico, en Atlacomulco hasta hace unos años operaba bien el cartel de juárez, era el único que podía operar en Atlacomulco”, comentó Cruz Jiménez.
En la nube de intrigas, se encuentra la muerte de la primera esposa del presidente Peña Nieto, Mónica Pretelini, en enero de 2007. El deceso fue certificado en la capital del país, luego de que presuntamente dos hospitales del Estado de México se negaron a recibirla.
“Unos meses después, en Veracruz, fueron asesinados los guardaespaldas de los hijos de Enrique Peña Nieto, eran cuatro, pero de los cuatro sólo querían a uno, ¿por qué lo querían?, porque él era el guardaespaldas de Mónica Pretelini”, añadió Cruz Jiménez.
Arturo Montiel, quien durante su campaña a la gubernatura mexiquense decía que los derechos humanos eran para los humanos y no para las ratas, fue acusado de acumular una cuantiosa fortuna y al menos 120 propiedades.
Su divorcio de la francesa Maude Versini, en 2009, le costó 30 millones de dólares y fue mediática la lucha por la custodia de los tres hijos de la pareja, que Montiel retuvo en México.
Esos escándalos, de alcance internacional, opacaron el asesinato del argentino Mario Palacios Montarcé, entrenador de tenis de Versini, ocurrido en noviembre de 2008 en pleno centro de Toluca.
“Arturo Montiel se divorció finalmente de Maude Versini en una situación tan fea que termina con la muerte a batazos, no estoy diciendo, no estoy creando una metáfora, una parábola, no, al maestro de tenis de la señora Versini lo mataron a batazos”, comentó el periodista Humberto Padget.
Montiel gozó de cabal impunidad. En 2006, ya con Peña Nieto como gobernador mexiquense, la Procuraduría del Estado no encontró elementos suficientes para ejercer acción penal en su contra por enriquecimiento ilícito, peculado y tráfico de influencias. El caso del asesinato del entrenador de tenis fue archivado.
La herencia de sangre del grupo Atlacomulco sitúa al Estado de México. Históricamente está en el primer lugar nacional en los índices de violencia y corrupción. Nada es fruto de la casualidad.